Submitted by jorge on Wed, 15/05/2019 - 06:45
Ayer hablamos sobre una organización que controlaba webs de contactos sexuales y que extorsionaba a adultos; lo de hoy, aunque con ciertas similitudes, es un juego mucho más peligroso.
Se trataba de una organización de pedófilos, mucho más extensa que la comentada y repartida por diversos países, que además, contaba con estamentos y cometidos perfectamente delimitados.
Dentro del organigrama se encontraba el primer nivel, el de los Hunter o Cazadores, esos que rastreaban la Red en busca de perfiles de niñas que hubieran colgado ya vídeos, aunque éstos fueran inocentes.
Entonces se ponían en contacto con ellas y les proponían, como si de otros menores se tratara, que se adhirieran a una nueva plataforma, “chateen.com”, donde podían participar en concursos de vídeos para menores y donde podían ir sumando puntos con vídeos donde bailaran, cantaran, mandaran besitos, se quitasen la camiseta y así, ir sumando más puntos cuantas más actuaciones enviaran.
Posteriormente entraban en acción los Loopers, esos que comenzaban a trabajar la mente de las niñas inventando juegos, sin pedirles nada a cambio, ni dinero ni fotos, solo que se divirtieran compartiendo vídeos que iban endureciéndose a medida que el Looper las engatusaba y derivaba a lo monstruoso, algo que se convertía en normal para esas niñas, temáticas tales como las escatológicas, zoofílicas y similares; pero como ellas suponían que los Loopers eran otras niñas, intercambiaban las grabaciones -que veían ya como normales- entre sí. Así los pedófilos se apoderaban de sus vídeos y datos para controlarlas aún más.
Funcionaron durante años, sin que nadie se percatara de esta operativa, ya que no mantenían relaciones físicas con los 145 niños (la mayoría niñas) detectados, tan solo virtuales y que después compartían en redes pedófilas por todo el mundo, hasta que un aviso del FBI puso a la Policía Española sobre aviso de que el Administrador de la página operaba desde Alicante.
En una primera fase de la operación Creaven, en febrero de 2018, detuvieron a una persona que ya había sido condenado con anterioridad y que está investigado, aunque la trama es tan compleja, que el caso sigue sin cerrarse.
Poco podemos añadir a la información aportada, ya que para muchos de los niños aún se trata de un juego dado que no fueron agredidos físicamente.
Son los padres los que hemos de advertir a nuestros menores que estos no son juegos, que las identidades de los niños que no conocen y que reciben por Internet pueden ser falsas y ser suplantadas por adultos y que, en muchas ocasiones, estas situaciones terminan en tragedia.
Solo la concienciación de los más pequeños por parte de sus progenitores y tutores puede evitar males mayores.
