Submitted by jorge on Mon, 02/03/2020 - 06:26
En post anteriores hicimos mención al problema de las agresiones en prisión, de las actuaciones tendentes a llamar la atención de los Funcionarios mediante provocaciones varias, de las autolesiones, etc.
Por ello no nos ha tomado por sorpresa que un interno de la prisión de Sevilla II, solicitara a gritos y con amenazas a través del interfono conectado a la garita de los Funcionarios, que le suministrarán medicamentos que no tenía prescritos, y ante la negativa de estos de hacérselos llegar, prendió fuego a todos los enseres que tenía en la celda.
Cuando se activó el protocolo antiincendio y los Funcionarios desalojaron al preso de su celda, éste, aprovechando la humareda y la estrechez de las escaleras de bajada, se zafó de ellos y la emprendió a golpes con ellos mientras la galería se llenaba de humo y que provocó su desalojo y el de los otros internos residentes en ella.
Los Funcionarios tuvieron que ser atendidos en la Enfermería, y el preso internado en el módulo de Aislamiento para, con posterioridad, ser enviado de conducción a otra prisión.
Estas situaciones que se están dando con mayor frecuencia en los últimos años se deben a la falta de personal en las prisiones por un lado, y a la casi inexistencia de un servicio médico y de enfermeros regular, que deberían solucionar este tipo de problemática al momento, por el otro.
El sindicato de Funcionarios de prisiones ACAIP insiste en que Instituciones Penitenciarias hace oídos sordos a sus demandas y de ahí que ocurran este tipo de actuaciones.
Nosotros, por otro lado, percibimos en los últimos tiempos movimientos del Ministerio del Interior tendentes a incrementar el número de Médicos y Enfermeros, así como el de Funcionarios de prisiones mediante nuevas y ampliadas convocatorias de estos profesiones, a fin de engrosar su número en los centros penitenciarios.
