Submitted by jorge on Fri, 18/05/2018 - 06:43
Nos topamos con unos datos que nos dejan perplejos y que demuestra como la mujer domina gradualmente ciertas profesiones.
En lo referente a la Carrera Judicial, a fecha de hoy las mujeres son mayoría en el caso de las Jueces y Magistradas, al igual que en el de las Fiscales y las Abogadas, eso a pesar de que la mujer no pudo acceder a la Judicatura ni a la Fiscalía hasta 1966, pero en realidad, acceso efectivo sin tener que solicitar el consentimiento del marido y otras lindezas semejantes, hasta entrar en vigor la Ley 11/1981.
Y es en los últimos años, desde 2013, cuando realmente toma la delantera entre los Jueces y Magistrados con relación a los hombres, salvo en los Altos Tribunales.
Aquí damos algunas cifras de referencia:
• 53,5% de las sentencias notificadas en 2017 fueron realizadas por Juezas y Magistradas.
• 52,7% de los miembros de la Carrera Judicial son mujeres.
• 64,1% de los Fiscales igualmente.
• 67,5% de los Letradas de la Administración de Justicia.
• 71,4% titulares de los Juzgados de Violencia de Género.
• 55% de las estudiantes matriculadas en Derecho.
• 57% de las estudiantes que obtienen el título de Derecho.
Por el contrario, en los puestos superiores, los porcentajes son menores:
• 20,7% Presidentas de Sala de Tribunales Superiores de Justicia.
• 16,3% Presidentas de la Audiencia Provincial.
• 21,9% Presidentas de Sección.
• 14,5% Magistradas del Tribunal Supremo.
• 33,6% resoluciones finales dictadas por mujeres en las Salas de lo Contencioso-Administrativo de los Tribunales Superiores de Justicia.
• 34,8% resoluciones finales dictadas por mujeres en las Secciones civiles de las Audiencias Provinciales.
• 37,9% asimismo en dictadas en las Salas de lo Social de los TSJ.
Y en otras profesiones jurídicas, los números también se encuentran por debajo de la media:
• 40% de los Abogados del Estado son mujeres.
• 30,8% son Notarias.
• 44,7% de Registradoras de la Propiedad.
• 33,4% de Procuradoras.
Como se podrá observar en este cuadro estadístico, la situación de la mujer dentro de la Justicia, salvo casos puntuales, es preponderante y ascendente.