Submitted by jorge on Fri, 27/11/2020 - 06:26
Una de estas historias de viernes, bastante truculenta y con un final, quizás justo, aunque no legal.
Un joven preso residente en la cárcel de HMP Full Sutton, Reino Unido, llamado Richard Huckle y conocido en el mundo judicial y penitenciario como “el peor pedófilo de Gran Bretaña”, y que cumplía 22 C-A-D-E-N-A-S P-E-R-P-E-T-U-A-S, se dice pronto, por abusar de 191 niños en Malasia y Camboya durante la época que realizaba voluntariado con niños huérfanos en esos países, ha sido asesinado por su compañero de celda Paul Fitzgerald.
Su compañero planeó con esmero la muerte del pedófilo con el “fin de humillarlo y degradarlo, ya que quería que su víctima sintiese todo lo que les había hecho sentir a los niños de los que había abusado; había sido un acto de Justicia poética”, tal y como aseguró el asesino.
Para ello, en octubre 2019, lo violó con un utensilio de cocina, para a continuación estrangularlo con un cable eléctrico e introducirle un bolígrafo por la nariz hasta llegar al cerebro, además de haberlo golpeado previamente y apuñalarlo en el cuello.
Una suerte de venganza apocalíptica que en un principio el compañero del pedófilo no reconoció haber llevado a cabo, pero cuando fue interrogado más profundamente aceptó el hecho argumentado que había disfrutado matando a un ser tan miserable y que "mi problema es que simplemente no tengo la capacidad de controlarme".
Ahora, 1 año después de acaecidos los hechos y una vez reconocido el asesinato por el imputado esperando con ello que la Corte pueda enviarlo a cumplir la pena a un hospital psiquiátrico, éste ha sido declarado culpable de dicho asesinato por un Tribunal del Reino Unido.
¿Justicia Divina o un crimen cruel y sin sentido?
Quién sabe si cometer un asesinato de esta índole siendo la víctima quien era es moral y socialmente asumible o el pedófilo debería haber cumplido su Cadena Perpetua sin tropiezos, tan solo pudriéndose en vida en una prisión.
Esto se lo dejamos al criterio de cada cual.