A finales de los años ochenta los Centros Penitenciarios que existían en España se habían quedado obsoletos y saturados. El PSOE, por entonces en el poder, llevaba ya tiempo con ganas de meter la mano en el sistema penitenciario español, en sus leyes, en su funcionamiento y en sus centros. No en balde, muchos dirigentes de ese Gobierno habían entrado en las cárceles franquistas por motivos políticos, y sabían lo que era aquello.
Por ello, a mediados de los noventa se modificó el Código Penal y la Ley General Penitenciaria. También a partir de esa época se gestionó la construcción de nuevos Centros Penitenciarios acorde a la nueva etapa que vivía España. Se enviaron técnicos a otros países buscando los modelos adecuados y el resultado fue la construcción de las nuevas macro cárceles repartidas por toda España y con una capacidad aproximada de unos 1.800 a 2.000 internos por centro.
Reforzaron el perímetro exterior con altos muros, extensas alambradas y una torre de control elevada y sólo accesible vía subterránea -para evitar la toma del centro neurálgico durante los motines-, desde donde controlan todo el sistema de seguridad del centro. En el interior, los módulos de unos 130 internos se encuentran ubicados de dos en dos y separados por una gran garitai de funcionarios en el centro que da cobertura a ambos módulos. Una partei de las celdas de dichos módulos dan a zonas ajardinadas surcadas por los caminos que comunican todos los módulos entre sí. La otra partei de las celdas dan a los patios interiores de dichos módulos, que cuentan con un pequeño gimnasio, un salón de estudio, una sala de actividades y un servicio con duchas.
Además de los módulos de internos,hay una zona denominada Sociocultural –aulas de estudio, cursos, salón de actos, cine, capilla, biblioteca-, un Polideportivo –gimnasio, cancha de fútbol-sala, básquet, sala de pesas, cancha de squash y piscina, una Enfermería con servicios médicos y celdas para internos enfermos, zona de Talleres –donde los internos trabajan para empresas externas por un sueldo-, el módulo de Comunicación –donde se realizan las comunicaciones con las familias, vis-vis y visitas de abogados, el módulo de Ingresos –donde permanecen los recién llegados hasta que los ubican en sus módulos; también residen algunos destinos-, el módulo de Aislamientoi –donde ingresan a los Primeros Grados, ver apartado Primerizos Condenados / Clasificación, y los internos que provocan algún tipo de incidente-, Economato Central –centro de abastecimiento de todos los economatos de módulo, ver apartado Economato / Demandadero– y, finalmente, el Centro de Servicios –lugar donde se ubican las oficinas centrales administrativas y de funcionarios-.
Esto es a grosso modo la descripción de algunas de las modernas macro cárceles existentes. No todas son iguales, algunas tienen distribuciones y servicios diferentes. Tampoco todas estas cárceles son mixtas, solo algunas de ellas.
En cuanto a los Centros Penitenciarios anteriores a esta época, suelen ser centros obsoletos y carentes de muchos de los servicios existentes en los nuevos. Lugares como el centro penitenciario de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), el de Ocaña I (Toledo), el de Burgos (Burgos), el de Cáceres (Extremadura) y otros tantos repartidos por la geografía nacional -consultad el apartado Mapa de Centros Penitenciarios- carecen de las infraestructuras adecuadas para la cantidad de internos residentes en ellos, amén, del nivel de dichas infraestructuras acordes a los tiempos que corren. Las prisiones son el reflejo de la sociedad existente del momento y cada país refleja a través de sus prisiones el nivel social alcanzado.
Cárceles Mixtas
Pero, ¿existen Cárceles Mixtas en España? Pues sí, sí existen. Somos de los pocos países que poseen Centros Penitenciarios de hombres y mujeres. Pero no todas son así, solo algunas de las nuevas macro cárceles.
¿Y se encuentran todos juntos, viviendo juntos?
Juntos, pero no revueltos. Ahora os describiremos la convivencia de hombres y mujeres en el mismo centro:
De los catorce módulos, aproximadamente, en que se dividen estos centros, de tres a cuatro módulos están destinados a las mujeres; el resto están ocupados por hombres. Por supuesto, a los módulos de hombres no acceden las internas, ni al de mujeres los internos. Salvo,los internos encargados de ciertos destinos, como el de Biblioteca o Economato Central. Éstos han de entrar por obligación al módulo de féminas, pero sólo hasta la garitai de funcionarias. Por ese motivo ya son unos afortunados en el status taleguero.
Los módulos de mujeres están vigilados por funcionarias, pero por lo demás, tienen el mismo sistema de funcionamiento que el de los hombres, similares actividades y horarios. Las funcionarias también controlan otros módulos como el Sociocultural, la Enfermería, el de Comunicación y alguno más. Los lugares en que los hombres y las mujeres intercambian miradas, palabras y algo más son los siguientes:
Las celdas de los módulos de hombres y mujeres que se enfrentan separados por las zonas ajardinadas, dan pie para que ambos sexos intercambien miradas lejanas por las ventanas enrejadas y algún que otro grito.
Cuando un grupo de mujeres u hombres recorren los caminos de dichas zonas ajardinadas acompañados por un funcionario a Comunicaciones u otro lugar, los gritos y piropos voceados desde las ventanas del módulo frente a donde transitan, son propios de obra de barrio. Aunque en ocasiones se cruzan de esta manera los nombres de pila, motivo suficiente para dar comienzo a un intercambio de cartas entre unos y otros.
Si un interno y una interna, aún sin conocerse directamente, intercambian cartas durante por lo menos 3 meses, pueden solicitar comunicarse por vis-vis íntimo, ya que la Dirección entiende que ambos mantienen una relación formal. Consultar el apartado Comunicaciones / Vis-Vis.
En ocasiones en el Polideportivo, y debido a los numerosos internos e internas existentes en el centro, coinciden módulos de ambos sexos, eso sí, realizando actividades deportivas distintas. No obstante, la cantidad de internos reunidos da pie a que en algún descuido de los funcionarios, una pareja se encuentre en algún recoveco del lugar y den alas a su desenfreno.
El Sociocultural es la zona más caliente del Centro Penitenciario. El salón de actos, con una capacidad de unas 200 butacas, da juego a que durante la proyección de una película, y a pesar de que varios funcionarios acordonan el perímetro del salón, algún furtivo se deslice entre butacas a realizar una visita de compromiso a alguna de las chicas que se encuentra con su grupo al otro extremo del aula. Son devaneos fugaces, pero lo suficientemente excitantes para realizar semejante hazaña.
Por otro lado y en el mismo Sociocultural, se imparten clases de educación básica y cursos técnicos. Suelen ser mixtos, de un número reducido de alumnos y de ambiente distendido. Es durante los intermedios de cigarrillo o café de estas clases y, aprovechando un descuido del funcionario o del maestro, cuando las parejas desaparecen en los servicios del lugar, detrás de las columnas o en algun aula vacía, para acometer como desaforados el acto sexual. Son los breves momentos robados a la prohibición que encuentran los presos para desatar sus ansias acumuladas durante meses y años de abstinencia obligada.
Los castigos en caso de ser pillados in fraganti son duros, pero el riesgo del placer satisfecho bien lo valen.
Existen otros lugares utilizados igualmente para estos menesteres, pero creemos que con esta rápida descripción ya os podéis hacer una idea de cómo funcionan las relaciones en estos centros mixtos.
Para terminar, hacer hincapié en el hecho de que las relaciones entre personas del mismo sexo son aceptadas sin tapujos en los módulos de mujeres -caminan juntas de la mano, se besan y tocan frente a las funcionarias, se encuentran dos en el mismo catre durante los recuentos de las funcionarias, etc.-, mientras en los de los hombres, si bien también existen, no se prodigan ni comentan, y no se exhiben frente a los demás.