Submitted by jorge on Fri, 25/11/2016 - 06:48

No se salva nadie.
Día sí, día también, los casos de corrupción, de la entidad y color que sean, aparecen como setas.
Ahora los implicados son 137 Guardias Civiles, con tenientes y capitanes de por medio, que llegaban de todas las regiones de la península a Madrid en comisión de servicios y se alojaban en la Residencia de Oficiales y Suboficiales del Servicio de Material Móvil del instituto armado de la Guardia Civil.
Hasta ahí todo normal.
Lo que no era tan normal es que estos agentes, muy cucos ellos, llegaron a un acuerdo con el dueño del hostal las Vegas de Madrid, que les facturaba la estancia a un precio seis veces superior al que pagaban en la residencia sin pernoctar en dicho hostal.
En ocasiones se trataba de un par de noches, en otras, hasta 40, por lo que algunas facturas superaron los 1.500 euros.
La Fiscalía les imputa los delitos de malversación de caudales públicos y falsedad documental, e imputa igualmente al dueño del hostal por la confección de facturas falsas en las que aplicaba tarifas más altas a estos agentes que a los clientes habituales, escalonando los precios de acuerdo a la categoría de los Guardias Civiles.
Como vemos, ya ni los “B-U-E-N-O-S” (como a los agentes les gusta autodenominarse) se salvan de la quema.
Todos los estamentos del Estado tienen parte de sus raíces podridas y, para sanear todo ello, habrá que extirpar.