Submitted by jorge on Tue, 17/05/2016 - 06:56
Es habitual escuchar que en ciertos países Asiáticos, Africanos y del Medio Oriente la venta de las hijas menores de edad o su truque por mercancías o animales era una práctica habitual hasta hace bien poco tiempo, y aún hoy en día.
Venderlas, cambiarlas por cabras, bueyes o camellos u ofrecerlas en matrimonio a hombres mucho mayores que ellas con de el fin de sacar un rédito no ha sido nada extraño, pero siempre lo intuíamos lejano, distante.
Lo que si nos era más cercano eran las alianzas de conveniencia, donde los padres concretaban las bodas de sus hijos de acuerdo a sus intereses y no a los de los jóvenes, y tan común en todos los países de nuestro entorno.
Sin embargo, nos cuesta aceptar es que en nuestra vieja Europa aún se vendan a los hijos menores como esclavos o en matrimonio a cambio de un pago, tras lo cual los padres se desentienden de esa mercancía humana, sangre de su sangre.
Y esto ocurre hoy en día en países como Rumanía, donde padres por cifras que oscilan los 1.000€, venden a sus hijos menores y no vuelven a tener noticias de ellos.
La Policía Española ha liberado a dos hermanas rumanas de 15 y 13 años respectivamente a las que sus progenitores habían vendido por 1.700€ para que se casaran y las explotaran en España en la mendicidad y el trabajo agrícola.
Eran maltratadas física y psíquicamente por los hombres que las compraron y que actuaban como sus parejas, mantenidas en un estado de semiesclavitud propio de la Edad Media.
Después de su liberación, se detuvo a varios miembros de los clanes familiares que las adquirieron y explotaban, aunque lo habitual es que estos explotadores/maltratadores/esclavistas salgan con la misma facilidad con la que entraron de la prisión, ya que pocas son las víctimas que denuncian.
Solo hay que ver las bandas de menores rumanos que se desplazan por nuestras ciudades a la caza y captura de inocentes a los que aligerar de sus pertenencias o los mendigos rumanos que merodean las iglesias y las plazas, para imaginar a quien va a parar todos estos botines: a varias familias mafiosas residentes en Rumanía y que controlan a través de sus tentáculos internacionales a toda esta red de mendicidad y hurto repartida por nuestro viejo continente.
