Submitted by jorge on Tue, 09/04/2019 - 06:43
El año pasado escribimos un post sobre el caso de Juana Rivas, esa madre española separada de su marido italiano y que lo denunció por Malos Tratos, evadiéndose a la Justicia con el fin de no entregar a los hijos al requerimiento de esta.
No la atacamos, ni nos pusimos en contra por ser mujer, ni nada parecido, tan solo nos pareció errónea su manera de actuar dado que, desde nuestro punto de vista, estaba mal aconsejada, actuaba de manera visceral y llevaba las de perder.
Algunas de nuestras lectoras nos dieron la razón, otras no, pero ciertas de ellas nos tildaron de machistas e injustos, además de otros improperios, uniéndose a esa marea popular que durante un tiempo defendió y se manifestó en favor de Juana Rivas sin conocer los intríngulis del sumario.
Un tiempo después, el 14 de marzo de este añ0 2019, la Audiencia de Granada ratificó la condena impuesta por el Juzgado de lo Penal 1º en la que condenaba a Juana Rivas por 2 delitos de Sustracción de Menores a 5 años de prisión y 6 de Inhabitación para ejercer la Patria Potestad de sus 2 hijos, además de pagar las costas judiciales e indemnizar a su marido por ser condenado en España en base a sus denuncias.
Ahora la Fiscalía Italiana archiva las 8 denuncias que interpuso Juana contra su marido por Maltrato, debido a la "falta de consistencia y la carencia de pruebas”, ya que según el informe encargado por esta Fiscalía a un Perito Judicial en relación al proceso sobre la custodia de los niños que se lleva a cabo en el Tribunal de Cagliari, Italia, el padre de los menores, Francesco Arcuri, es "un padre cariñoso que cuida a sus hijos", además de llamar la atención del "grado de manipulación ejercida por la madre respecto a su hijo mayor".
Por ello, tanto en Italia como en España, se ha concedido la custodia de los 2 hijos en exclusiva al padre con el que viven desde 2017 en el sur de Cerdeña, manteniendo aprobado un número de visitas a la madre.
Por tanto, cuando en nuestro post del año pasado evaluamos la actuación de Juana Rivas, no fue por machismo ni animadversión a esta madre que no conocemos, sino ciñéndonos a los datos y hechos que pudimos acumular y que, a pesar de la opinión popular y las diversas manifestaciones en su favor, no eran favorables a su manera de proceder.
No nos equivocamos.