Submitted by jorge on Tue, 12/01/2016 - 06:51
Este personaje, además de sinvergüenza y ladronzuelo, una vez destapados los hechos, da la callada por respuesta y se oculta.
Se trataba del sindicalista minero que más revuelo creaba, el que se ataba con cadenas y quemaba neumáticos en las protestas, el que más vociferaba, el que, supuestamente, defendía con más ahínco los derechos de sus compañeros mineros contra el poder del Estado y las grandes empresas, pero que por detrás y sin quitarse la máscara iba desviando fondos sindicales y poniendo el cazo en las operaciones con comisiones para engrosar una bolsa millonaria en su propio provecho.
Sí, porque José Ángel Fernández Villa fue descubierto con un patrimonio sin declarar de 1,2 millones de euros, E-L S-U-E-L-D-O M-E-D-I-O D-E U-N S-I-N-D-I-C-A-L-I-S-T-A, y ahora, cuando lo llaman a declarar, se agazapa hasta de su abogada y no comparece ante la titular del juzgado de Instrucción nº 2 de Oviedo, “que lo había citado como imputado por un delito de apropiación indebida durante su etapa como secretario general en el Sindicato de los Obreros Minero de Asturias (SOMA)”.
Y lo que alega el individuo para no presentarse son "padecimientos médicos irreversibles", situación que comunica a la Juez su abogada que a su vez se queja de la incomunicación a la que le tiene relegada su cliente.
Valiente para robar, cobarde para dar la cara y reconocer su error.
¡Todos nos equivocamos!