Preferible sobrevivir en una prisión de mala muerte suramericana donde has de proteger de continuo tu vida pero compartiendo el día a día con otros compañeros y a la luz de sol, que estas nuevas prisiones norteamericanas, limpias, impolutas, insonoras, incomunicadas y más similares a un laboratorio de experimentación que a un recinto con vida humana.
A una de estas cárceles, LA CÁRCEL, de supermáxima seguridad, ADX Florence, extraditarán al Chapo Guzmán cuando sus abogados pierdan los recursos a dicha deportación.
Describimos el lugar, para que se hagan una idea de lo que puede ser una prisión de supermáxima seguridad y propia de una película de ciencia ficción:
* 490 presos.
* Los criminales más peligrosos de los Estados Unidos.
* Incomunicados entre sí.
* Incomunicados de los guardias.
* Una ranura en la pared que aporta algo de luz del exterior hace las veces de ventana, sin apenas visión hacia fuera.
* Las visitas médicas o judiciales se realizan por teleconferencia o videoconferencia.
* A algunos se les permite una salida de 1 hora a un diminuto patio, encadenados de pies y manos y acompañados por dos guardias.
* Las visitas son esporádicas y están vigiladas a pie de mesa por los guardias.
* Las llamadas telefónicas están prácticamente prohibidas, ya que se suprimieron los auriculares telefónicos por seguridad; se permiten algunas teleconferencias.
* Comen solos en la celda, recibiendo la comida por una trampilla.
* Todos los enseres de la celda, cama, mesa, taburete, baldas son de hormigón armado.
* A los malos comportamientos se les aplican correctivos físicos y psíquicos prohibidos por organismos internacionales.
A ver quien resiste largas condenas en este lugar sin perder la razón.
No nos extraña, que los condenados latinoamericanos prefieran enfrentarse a sus propios compañeros, al hacinamiento, al peligro y a la falta de medios, a esta jaula de cemento y acero.
"Eso debe estar pensando en este momento el narcotraficante Joaquín Loera, el Chapo Guzmán, al que la posibilidad de pasar el resto de su vida en una cárcel de máxima seguridad gringa le aleja algo de Dios y, a tenor de las condiciones de seguridad que allí se viven, le acerca un poco al infierno".
http://www.elmundo.es/internacional/2016/05/22/57408362e5fdea035d8b4662.html