Submitted by jorge on Fri, 24/01/2020 - 06:26
Una historia de viernes con claros matices positivos.
La cárcel de Nanclares de la Oca dio el primer paso en lo que a la Justicia Restaurativa se refiere en el proyecto “Vía Nanclares”, y donde se realizaron 11 encuentros entre reclusos arrepentidos de ETA y sus víctimas.
Fue un buen comienzo que dio paso a otras iniciativas de este tipo con más de 600 condenados por diversos delitos que se encontraban fuera de prisión con medidas alternativas, y en las que no realizaban el encuentro con víctimas directas sino con otras que habían sufrido la misma infracción penal.
Ahora el tema va en serio.
Instituciones Penitenciarias ha desarrollado para ello un proyecto puntero, “Talleres de Diálogos Restaurativos”, con 50 presos comunes que se encuentran en prisión en 2º grado por delitos de Robo, Asesinato, Trata de Blancas, Tráfico de Drogas y demás –no son aceptados los delincuentes Sexuales ni los de Violencia de Género, tampoco los que tengan algún padecimiento psiquiátrico- y con la colaboración del CGPJ (Consejo General del Poder Judicial), la Fiscalía Provincial de Sevilla, el Juzgado de V. P. de Valladolid y SAVA (Servicio atención Víctimas de Andalucía)
El programa se llevará a cabo en las 3 prisiones de Sevilla y en el CIS de Valladolid y se seleccionará a los internos mediante una participación voluntaria en unos talleres de información y preparación, de donde se hará una selección de los que estén preparados para mantener dichos encuentros con las víctimas, informándoles que está participación no reducirá su condena ni contarán por ello con beneficios penitenciarios, eso sí, las Juntas de Tratamiento de dichas cárceles evaluaran con una mejor calificación a los internos que participen en este programa a la hora de solicitar los Permisos y progresar a 3º Grado y Libertad Condicional.
El programa constará de 10 sesiones de 4 horas, donde especialistas de unas ONG y técnicos de I.I.P.P. valorarán la preparación de cada preso para su participación en los encuentros.
A las víctimas se les entregarán unos folletos informativos donde se explica que su participación es voluntaria y que podrán retirarse si así lo creen oportuno, no exigiéndoles que perdonen a su agresor, cosa que por otro lado surge espontáneamente en muchos de los casos; también se les sugiere las bondades terapéuticas de este tipo de encuentros a la hora de cerrar heridas traumáticas.
Serán un máximo de 2 sesiones donde la víctima decide el lugar del encuentro -una prisión u otro enclave-, contando con la presencia de un mediador y donde dicha víctima pueda expresar a su agresor la experiencia vivida en su momento y las consecuencias de la misma, solicitar una reparación real o simbólica y buscar con todo ello su tranquilidad personal, manteniéndose estas sesiones en un archivo confidencial.
Pensamos que este tipo de programas son los más exitosos a la hora de cerrar heridas, de lograr la reinserción de los agresores condenados, de rebajar la reincidencia y, en especial, de que las víctimas encuentren la paz.
Le damos la bienvenida a este proyecto y le auguramos muchos éxitos.
https://elpais.com/politica/2020/01/16/actualidad/1579197852_295405.html