Submitted by jorge on Tue, 18/02/2014 - 07:30
Es una verdadera pena, que la desesperación de unos por procrear y no dar fruto, sea equivalente a la desesperación de otros por procrear y no saber qué hacer con el recién nacido.
Y lo más sencillo es abandonarlo a su suerte, que en este caso no cuenta con ella, dado que el tiempo de supervivencia de un bebé acabado de nacer y carente de cuidados es muy limitado.
No entendemos que en la actualidad, donde la vergüenza social por un embarazo apenas se da, y la carencia de medios económicos se suple con entregar el bebé en adopción, o simplemente, abandonarlo en un hospital o lugar similar, existan personas que sean capaces de dar a luz a un ser indefenso y lo dejen morir por la desidia de buscarle una opción de vida.
http://www.elmundo.es/madrid/2014/02/17/530250a0268e3ed13e8b4586.html