Submitted by jorge on Fri, 29/07/2016 - 06:50
De nuevo aparece una polémica con relación a las piscinas en las que los p… presos chapucean durante los veranos, con un Gin Tonic en la mano, ligando con las internas de los módulos de mujeres y bronceándose como en las playas de Malibú.
Pues no, señores, así no funcionan las piscinas de prisión.
A estos enclaves acuáticos acceden durante los meses de julio y agosto y una vez por semana durante una hora los internos de cada módulo.
Entre que salen y regresan de los módulos al polideportivo y se cambian de ropa, ya ha pasado media hora, por lo que les queda otra media para darse un chapuzón, pillar unos rayos de sol, y de regreso a su patio.
Y eso de que las piscinas son un lujo y salen caras a la Administración es otro bulo, ya que las 5 piscinas de las prisiones catalanas que abre este verano Instituciones Penitenciarias de la Generalitat Catalana -que para el que no lo sepa tiene transferidas las competencias en materia penitenciaria-, tienen un coste total de 17.000 euros anuales.
Pero el problema es que se han mantenido cerradas durante los últimos 4 años con el pretexto de la crisis y el coste de las mismas, tratándose en realidad de un motivo político y de imagen antes las elecciones catalanas que se avecinaban, dado que el mantenimiento de las mismas tiene el mismo coste estando cerradas que abiertas, y los 17.000€ son tan solo los sueldos de los socorristas.
Así que, por favor, dejémonos de crear controversia con secciones que ya existen en las prisiones desde hace años, que sirven como terapia a cierto tipo de internos, y que al igual que el polideportivo y las aulas de estudio y biblioteca, algo aportan a la reinserción de las personas que permanecen en prisión.
O si así lo desea el ciudadano medio, podemos volver a encadenar a los reclusos en sus celdas y dejar que cumplan sus condenas a la sombra, pero a la SOMBRA real.