Submitted by jorge on Tue, 05/02/2019 - 06:43

Es imposible recuperar a este tipo de individuos.
Lo repetimos una y otra vez, pero la Ley es la que es y una vez cumplida su condena, se les ha de conceder la Libertad.
Hasta ahí estamos de acuerdo, pero si además de al factor punitivo se les aplicara alguna agravante por enfermedad psíquica y hubiera que tenerlos vigilados de por vida y asistiendo a terapias especiales, quizás, solo quizás, se redujeran los delitos que estos delincuentes enfermos cometen.
Resulta que Félix Vidal, el Violador del Estilete, de 55 años de edad y natural de Lugo, ha vuelto a violar, esta vez a su víctima 57ª y tras permanecer 3 años en Libertad después de haber cumplido más de 32 años de prisión y pasar la mayor parte de su vida privado de Libertad.
Pero vean el historial de este individuo:
• En 1981 es condenado a 24 años de prisión por haber cometido 54 violaciones.
• En 1987 y durante un permiso penitenciario viola y apuñala a una mujer hasta casi acabar con su vida.
• Lo vuelven a condenar a 73 años de cárcel.
• En 2013 sale en Libertad por la anulación de la Doctrina Parot, y vuelve a violar.
• En 2014 intenta a violar a una mujer que es salvada en última instancia por su hijo y es condenado a 21 meses de prisión por intento de violación.
• Sale de prisión en 2016 y se va a vivir a Oviedo.
• Y en 2018 viola de nuevo a otra mujer en la misma ciudad de Oviedo donde reside (su víctima 57ª, ya antes mencionada), que lo denuncia un mes después, en enero de 2019 y, tras los cual, es detenido y encarcelado en el Centro Penitenciario de Asturias.
Pero no contento con su historial de violador en serie, en sus cortas estancias en libertad, se pavoneaba por la ciudad asegurando que “ya soy libre para hacer lo que quiera, dentro de un orden. El que quiera hablarme que me hable y el que no que se dé una vuelta. Es lo que hay. No hay vuelta de hoja, ni nada más que rascar”, además de insultar a los vecinos y no ocultar su condición.
Creemos que este tipo de casos se han de tratar, tal y como antes comentamos al comienzo, de manera diferente a la de cualquier otro delincuente, salvo los referidos a los delitos sexuales, para lo cual hay que aplicar a las condenas de prisión, tratamientos psiquiátricos sine die y un control telemático de por vida.