Submitted by jorge on Fri, 25/08/2017 - 10:05
No es de extrañar que este grito se haya escuchado de manera reiterada en la prisión de Soto de Real cuando en ella han ingresado a Driss Oukabir, uno de los supuestos terroristas detenido por su participación en los atentados de Barcelona y Cambrils y al que el Juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, le imputa los delitos de integración en organización terrorista, asesinato y lesiones.
Después de mantenerlo detenido durante varios días en los calabozos de la Guardia Civil, ingresó en la prisión de Soto del Real en el Módulo de Ingresos del Centro.
Con posterioridad y como es habitual después de las consabidas entrevistas con el Educador, Asistente Social y Médico, fue enviado a un módulo, pero dada la posible peligrosidad del sujeto y los insultos y amenazas vertidos por otros presos y presas desde las ventanas de las celdas de los diversos módulos del centro a su llegada, “te vamos a rajar cuando salgas al patio”, "puto terrorista de mierda" y otras lindezas similares, se decidió su ingreso en el Módulo de Aislamiento, donde lo tendrán recluido 23 horas al día en una celda con 1 hora de patio en solitario.
No es de extrañar que esto ocurra, dado que muchos de los internos cuentan con hijos menores y familia en España, y el tema de las víctimas de atentados toca muchas fibras, sensibles y endurecidas, pero las tocan.
Ocurrió algo similar el 11 de marzo de 2004 con los atentados de Madrid, dirigiendo los presos de muchas prisiones madrileñas su odio y amenazas, en un primer momento, contra los presos etarras para, acto seguido, hacerlo contra los reclusos musulmanes en general.
En prisión también hay fibras sensibles y menos sensibles, pero todas reaccionan.
