Submitted by jorge on Sat, 01/08/2020 - 10:55
PROTOCOLOS
"La administración está siempre supeditada a normas y a recovecos varios, instrucciones, decretos, guías de buenas prácticas y protocolos, pero si eso lo trasladamos a INSTITUCIONES PENITENCIARIAS, es un laberinto mucho más difícil de entender.
Un interno de un Centro Penitenciario de Castilla-La Mancha, tres años antes de entrar en prisión, intentaba formar una familia con su actual pareja, pero, cuando por fin consiguieron saber el motivo de esa demora, y vieron que los tratamientos funcionaban, pudieron ponerse en lista de espera para la reproducción asistida, pero un mes después de ese logro, fue el momento en el que, el Juzgado decidió que entrara en prisión, a raíz de una sentencia condenatoria, que a día, de hoy, sigue luchando para demostrar su inocencia. Por lo que, dada la larga lista de espera y dado que de forma natural no podían intentarlo por motivos obvios, decidieron acudir a la vía privada, pues la edad de la pareja corre en su contra...
Como es normal, cuando pagas un dineral por intentarlo a través de medios privados, quieres que la clínica sea la mejor, por lo que, visitaron dos clínicas, una en Toledo y otra de Madrid. La de Toledo, la primera visita, la pareja tuvo que acudir sola, pero cuando vio la cantidad de preguntas que le hacían sobre su pareja (el interno), decidió que la siguiente visita, a la otra clínica, fuese con él, ya que todas las pruebas estaban hechas y era cuestión de una entrevista previa para decidir con qué clínica se decidían. Finalmente, eligieron Madrid, por la técnica y porque ya conocían resultados favorables de otras parejas amigas.
La primera visita a la clínica de Madrid, se produjo en Toledo, pues tenían convenio con una clínica de allí para captar clientes. Pero, las demás pruebas serían en las instalaciones madrileñas... y es ahí, donde empiezan los "problemas", en primer lugar, el COVID19 hizo retrasar la visita, lo cual, no es culpa de nadie, sino de las circunstancias, y cuando por fin, se pudo salir para la prueba, y dando de plazo casi un mes desde que se informa de la fecha de la cita, el interno, tras hablar con el servicio médico, se entera que para ir a Madrid, al ser otra provincia, el trayecto no sería directo, sino, que tendría que pasar por dos centros más. Al ver esto, instó a los competentes de la junta de tratamiento para que se hiciera con otras medidas alternativas.
Las medidas alternativas que se propusieron fueron las siguientes:
1. Conducción directa con la guardia civil dado que el traslado comprende menos de una hora. (la misma que si fuera en Toledo).
2. Régimen de autogobierno con una pulsera telemática.
3. Aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario, https://www.infoprision.com/sites/default/files/normativa_articulos/Art.%20100.2.pdf
La respuesta de la Dirección del Centro fue la callada por respuesta, por lo que se instó a la Jueza de Vigilancia Penitenciaria y ésta a su vez, dijo que la competencia era de la Dirección del Centro, por lo que, finalmente se aplicó el protocolo.
El resultado fue, que el miércoles 8 de julio a las 10 de la noche, se trasladó al interno a un Centro de Madrid, el de conducción, y allí estuvo hasta que fue trasladado el lunes 13 de julio al destino final, como lo llaman. Es decir, cinco días incomunicado vía telefónica y sin poderle visitar en el centro. El martes 14 de julio pudo contactar con su pareja, para decirle, que está en una celda de aislamiento por motivo del COVID19 y que tiene restringida las llamadas, tan sólo tiene permitido llamar en horario de 9 a 11 de la mañana. El miércoles 15 de julio es la visita a la clínica, acompañado de la guardia civil y una vez hecha, volvió al centro de destino en Madrid , hasta el viernes 24 de julio que se trasladó al Centro de conducción, donde estuvo tres días incomunicado , para finalmente llevarle al Centro de Castilla - La Mancha y el martes 28 julio pudo ponerse en contacto con la familia. Es decir, si la cita hubiera sido en Toledo, a una distancia de 55 km la conducción sería directa, pero al ser en Madrid a una distancia de 65 km, han sido 20 días de traslado, realizadas en seis conducciones, en dos centros penitenciarios diferentes, ocho días incomunicado y otros tanto de aislamiento por el COVID con las respectivas restricciones en las llamadas telefónicas, así como las pérdidas de vis a vis familiar e íntimo. Como colofón a esto, recientemente se nos ha informado, que uno de los internos del Centro, ha dado positivo, por lo que está de nuevo aislado desde el miércoles 29 de julio y sin saber aún si se podrán comunicar con la familia de algún modo.
La persona que escribe este relato quisiera que se pusiera de conocimiento de forma pública estos protocolos, que lejos, de dar solución fácil e inmediata, lo que hacen es, además de agravar los pocos derechos que ya tiene del interno, contribuir a un gasto público que no tiene justificación alguna."
V.T.