Submitted by jorge on Tue, 23/03/2021 - 06:26

La verdad, no entendemos nada, es decir, sí lo entendemos, pero no lo conseguimos ver con claridad, cómo Instituciones Penitenciarias, por orden del Ministerio del Interior, está desplazando a la cantidad de Presos Etarras que desplaza, en especial, a sus antiguos dirigentes, a la prisión de Logroño.
Porque la prisión de Logroño es una cárcel vieja para los actuales parámetros de las cárceles españolas, especialmente, de las macrocárceles modernas construidas a partir de la década de los 90.
Por eso no entendemos que I.I.P.P. esté concentrando al mayor número de Presos Etarras que por motivos políticos y de conveniencia actual están acercando deprisa y corriendo al País Vasco y, por proximidad, a esta vieja cárcel construida en 1985 y de pequeñas dimensiones.
Pero además de que la cárcel de Logroño es de pequeño tamaño, carece de las actuales infraestructuras que requieren las prisiones del siglo XXI, y que acoge a una plantilla de Funcionarios veteranos, por no decir en edad de jubilación, y escasa, muy escasa y con unos de los peores salarios de la península, por debajo de otras Comunidades.
Pero parece ser que es la más adecuada para trasladar a los Presos Etarras y sus dirigentes, ya que es la que más recibe, más de 20 en los últimos meses y de relativa importancia como son, de los últimos en llegar, Jon Troitiño y Harriet Iraguia, y esta semana, los exdirigentes etarras Olarra Guridi y Ainhoa Múgica.
Con esto son 165 los trasladados en los últimos tiempos a las cercanías del País Vasco, pero si los van a acercar para comenzar a aplicarles los beneficios penitenciarios, que los lleven de una vez a las prisiones de su Comunidad o directamente a los CIS (Centros de Inserción Social) para mantenerlos en el art. 102 o en 3º grado.
Por ello, no entendemos la concentración de este tipo de Presos en Logroño, cuando es una de las peores mantenidas, con escaso personal y veterano y con una vigilancia deficiente, pero ya sabemos, los designios del Señor son inescrutables y en este caso el Señor no es otro que nuestro querido Ministro del Interior.