Submitted by jorge on Tue, 16/06/2020 - 06:45
Estamos hartos de escuchar en las películas de Hollywood como los Policías se autodenominan los “Buenos” y de cómo persiguen y van a la caza de los “Malos”, el resto de humanos que no cumple las Leyes.
Desde nuestra experiencia siempre hemos puesto en duda esta afirmación, por los casos que hemos conocido de personas que por un error puntual terminaron con sus huesos en prisión siendo buenas personas y, por otro lado, por toparnos con casos de Policías y Funcionarios que igualmente caían en la red de la corrupción y del dinero abundante y fácil por avaricia, además de otro tipo de "maldades".
Así que dejémonos de “Buenos” y “Malos” y cataloguemos a cada cual por los hechos que durante su vida va demostrando.
Y precisamente vamos a hablar de un Funcionario miembro del Servicio de Vigilancia Aduanera de Villagarcía de Arousa que fue detenido el domingo por la UDYCO (Unidad de Drogas y Crimen Organizado) de la Policía Nacional por actuar como topo y recaudador de la organización de narcotraficantes gallegos del clan Santórum.
Como es habitual en estos casos, el Funcionario de Aduanas había lamido el sabor del dinero y mantenía un alto nivel de vida poco acorde con su trabajo, por lo que fue seguido durante meses hasta que el apresamiento el 26 de abril de un barco en alta mar con 4,5 toneladas de Cocaína e incluido en la operación Donky, iba a vincular a este Funcionario a dicha operación.
Posterior a ello, la UDYCO comenzó a atar cabos hasta que este domingo interceptaron al Funcionario junto a su pareja en Leganés, Madrid, recibiendo de un colombiano una mochila con 350.000 euros en efectivo, así como 5 kilos de Cocaína.
Los 3 fueron ingresados a las 72 horas, y después de pasar por el Juzgado, en la prisión de Soto del Real acusados de los delitos de Tráfico de Drogas, pertenencia a Organización Criminal y Blanqueo de Dinero.
Con esto se demuestra bien a las claras que nos hay “Buenos” y “Malos”, que los supuestos “Buenos” pueden serlo hasta que el poder del dinero o toca tantas veces a su puerta que en una de ellas la abren y acaban convirtiéndose en “no tan Buenos”.