Submitted by jorge on Wed, 30/09/2015 - 06:07
Si bien esta noticia carece de la temática penitenciaria o judicial utilizada habitualmente en nuestros post, creemos que cuenta con la suficiente carga emocional para hacernos eco de ella.
En un experimento realizado en una calle de Nueva York, Estados Unidos, se colocó a un joven artista al lado de un veterano de guerra a pedir limosna.
Aunque nos consideremos antibélicos y aborrezcamos el negocio y la utilización de las armas, también somos conscientes que muchos combatientes fueron obligados por sus paises a combatir en su momento a un hipotético enemigo.
Y que un veterano de una de esas guerras en las que se inmiscuyeron u organizaron los Estados Unidos, que de seguro partió a ella aún siendo un joven normal y de la que regresó con toda seguridad tocado, desraizado o con padecimientos físicos o psíquicos de consideración se le trate como una basura, se le insulté y se le vierta comida encima tan solo por pedir limosna, nos parece de una catadura moral ínfima.
No hablamos de que haya luchado por su patria y por defender los valores de los norteamericanos, hablamos del chico sano y equilibrado que partió a una guerra sin sentido y regresó enfermo, desubicado y quizás herido.
Este es el día a día de nuestras ciudades actuales, donde eres de acuerdo a lo que tienes, y sino tienes, no eres.