Submitted by jorge on Wed, 06/03/2013 - 07:19
No cabe en cabeza humana del siglo XXI, que existan aún sociedades vinculadas entre sí por la fe musulmana, donde los delitos de robo y asalto, por no mencionar otros tantos, sean castigados con la pena capital y, algunos, utilizando para ello la crucifixión.
Pero sí estas actuaciones ya son moralmente cuestionables, perdón, inaceptables, aún es peor que se lleven a cabo con menores de edad, ya que los condenados a la pena capital contaban con edades entre los 15 y los 19 años en la época que se cometieron los delitos.
Y el juicio y las condenas resultantes se basaron en pruebas aportadas en base a torturas ejercidas por los Servicios Secretos dependientes del Ministerio del Interior, dado que según la Ley Islámica, las confesiones son el eje central de los sumarios, donde el abogado defensor apenas tiene voz, y la decisión de los perjudicados influye en la aplicación de dichas penas de muerte.
En este caso, la B-E-N-E-V-O-L-E-N-C-I-A del príncipe Miteb, hijo mayor del rey Abdalá y jefe de la Guardia Nacional, ha retrasado la ejecución un mes a fin de estudiar la posibilidad de repetir el juicio después de la presión recibida en Arabia Saudí por los países occidentales y varias Asociaciones defensoras de los Derechos Humanos.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/03/05/actualidad/1362487328_595546.html