Submitted by jorge on Fri, 06/07/2018 - 06:43

Otra historia de esas de fin de semana.
Erase una vez una señorita australiana, de muy buen ver y que decidió dedicarse a uno de los trabajos más duros y sensibles como es el de Funcionaria de Prisiones, primero en la sección de Justicia Juvenil y con posterioridad, en los módulos penitenciarios de Máxima Seguridad, pasando después a las Reservas del Ejército.
Deseaba llegar lejos, escalar en algunos de los puestos en los que trabajaba a otros de mayor responsabilidad, pero el ser mujer, atractiva, inteligente y en un mundo laboral como el de las prisiones –por ella escogido, todo sea dicho-, era tarea harto complicada.
Además, en este medio siempre debía soportar las insinuaciones sexuales, la brutalidad y la cosificación de compañeros y presos, al igual que en el ejército por parte de sus compañeros de armas, en ocasiones, cediendo al acoso sexual de sus superiores a fin de evitar un problema jerárquico.
Un día se le presentó la oportunidad de hacer unas pruebas para trabajar como “Stripper” y en Pornografía Erótica ganando mucho más, con menos horas de trabajo y sin violencia; pasó dichas pruebas y aceptó el trabajo, un trabajo en el que los clientes no se pasan, ya que en un espectáculo de Sritptease, el que busca algo más del mero disfrute visual, es puesto de inmediato de patitas en la calle por los porteros del lugar.
Ha ganado dos títulos de Miss Mundo Desnudo y es considerada y respetada en su profesión.
No echa de menos los barrotes y a los que vigilaba: siempre se sintió maltratada y MAL DESEADA; ahora no, tan solo admirada y deseada.
En ocasiones, las apariencias engañan: lo que parece un trabajo mal visto y decadente, puede ser muchos más estimulante que otros, más serios pero…