Resulta que a instancias del brother, el director instaló a mi amigo en el módulo de Ingresos, el módulo de los destinos, de los violetas, de los pederastas y de los enchufados. Ahí lo colocaron junto a la celda del Marco Conte, con un niño de familia pudiente pero retorcido el cabroncete como nadie. Lo habían trincado tratando de apañarse, junto a otro dos, de una importante suma de dineros negros que portaban unos empresarios modélicos a la firma de una compra-venta en una afamada notaría de Madrid. El niño conocía al notario, éste le soltó la información y ala, el grupito se pertrecho a la espera de la llegada de las víctimas.
Algo salió mal y el Julito, así llamado el nuevo compi de mi antiguo amigo, terminó con su cuerpecillo en el talego. Pronto se conocieron hasta las entrañas –de algo sirve convivir con alguien veinticuatro horas al día- y comenzaron a tramar nuevos planes. Entre ellos, el de vender una entrevista con fotos incluidas del Conte en el patio y con ropas del común. La revista Interqui les pagaba pasta gansa por la exclusiva y todo el business lo manejaba el Julito con su novia como embajadora de éste en el exterior.
Aún no eran habituales los teléfonos móviles con cámara incluida, por lo que al trío no se le ocurrió mejor idea que entrar una Polaroid al Centro. Así que la Cuqui llegó una de esas mañanas a hacer el vis-vis íntimo con el nené portando la camarilla oculta en la ropa; sin embargo, no suficientemente oculta. La pillaron.
Requisaron la cámara y ella cantó como un canario enmarronando a su novio y a mi amigo hasta el tuétano; acto seguido se le prohibió la entrada en el recinto sine die. Al Julito y a mi amigo les cascaron un parte muy grave y el mundo se quedó sin ver al Conte caminando cabizbajo por el patio y con ropa de Sepu. Meses más tarde el hermanito intercedió y a mi antiguo amigo le rebajaron el parte a una mínima expresión.
Ahora se había calmado, detentaba un buen destino y daba vueltas al patio junto a Marco como bueyes de noria. Más adelante yo recibiría la visita del hermano con finalidades nada claras, pero esa ya es otra historia.