Submitted by jorge on Wed, 27/09/2017 - 06:24
La prostitución, dicen, es la profesión más antigua de la historia y, aunque nos duela reconocerlo, no se ha podido erradicar ni se erradicará.
Y muchas, la gran mayoría de las mujeres que la ejercen, lo hacen con el único fin de mantener una familia o a un/os hijo/s, no en busca del lujo o la buena vida, aunque algún caso de estos también exista.
Sea de una u otra manera, bastante sufren estas mujeres con la profesión que ejercen, para que un desalmado, antiguo cliente de una de ellas, estuviera maltrantándola desde hace unas semanas, introduciéndola en su automóvil, propinándole una paliza y sustrayéndole el dinero que ella había ganado ese día a punta de cúter; después la tiraba del coche parado o en marcha, dependiendo del momento.
Esto ha estado ocurriendo en el polígono de Villaverde, día a tras día, hasta que la víctima no soportando más el maltrato, denunció el caso ante la Policía.
Y después de una vigilancia exhaustiva, la Policía lo pudo detener y le imputó los delitos de prostitución y explotación sexual, así como el de robo con violencia e intimidación, amenazas y coacciones.
No entendemos la violencia gratuita, y menos reiterativa, contra una persona que por motivo de su sexo o edad, no se puede defender.
Este tipo de individuos son los que, con posterioridad, más sumisos y serviles se comportan en el patio de una prisión.