Submitted by jorge on Tue, 27/12/2016 - 06:51
El ser humano es débil y necesita de los halagos y de la admiración de los demás para sentirse seguro.
Y ese “pequeño” detalle que todos llevamos impreso de una manera más o menos profunda en nuestro ser, es el que utilizan ciertos estafadores para jugar con nuestros sentimientos y desplumarnos.
Sabíamos de las cartas nigerianas, esas en las que te hacen partícipe de una multimillonaria herencia, para lo cual has de enviar unas cantidades de dinero nada desdeñables para gastos varios, tras lo cual el ”letrado” leguleyo que está a cargo de realizar las gestiones de dicha herencia, desaparece al igual que tus dineros.
Con ese sistema, los estafadores sacan a relucir la avaricia que muchos cargamos en nuestro interior y que nos pierde por sacar una rentabilidad desmesurada a nuestros ahorros.
Esta nueva modalidad es más sibilina, ya que toca la avaricia, los sentimientos y una posible posición social encumbrada.
El Jeque Mohammed bin Rahid, primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos, contactó por Facebook con una médico de Marbella, a la cual estuvo halagando y cortejando durante un mes de manera convincente y aportando datos a fin de darle verosimilitud al contacto.
Al cabo de ese tiempo, comenzó a solicitarle transferencias dinerarias varias, siempre alegando los fines sociales de las aportaciones (ayuda para los niños de Siria, reconstrucción de ciudades en guerra, etc.) excusando su no involucración directa, ya que él como representante político no podía aparecer porque "se trataba de un asunto político entre naciones". A cambio, él, personalmente, le donaría con posterioridad varios millones de euros con el fin que creara una clínica en Marbella.
Para convencerla y evitar sospechas, no solo le llegó a pedir matrimonio, también contactó con ella por Skype utilizando una “herramienta informática, manipulada, en la que la voz del ciberdelincuente coincidía con la imagen de la autoridad de Emiratos Árabes, así que la conversación transcurría de forma coherente y espontánea”.
Así consiguió que entre unas donaciones, pagos de impuestos para realizarlas y otros motivos, ella llegara a transferir unos 800.000 euros.
Cuando el Jeque no acudió a la primera cita física que establecieron en Madrid, ella se puso en contacto con la Embajada Española en Dubai para recuperar sus tasas pagadas, momento en que salió a la luz la estafa.
Un plan urdido por la Policía Española con participación de la médico, provocó la detención de dos nigerianos, Wilson O. y Cristopher E. y que, posteriormente, fueron condenados por la Audiencia de Málaga y confirmado por el Supremo, a 4 ½ años y 2 años de cárcel respectivamente por el delito continuado de estafa y blanqueo de dinero.
Y el dinero, ¿ande andará?, porque de seguro la doctora no habrá vuelto a ver un céntimo.