Submitted by jorge on Thu, 15/02/2018 - 06:43
Esto es lo que se pretende desde ciertos colectivos que, al igual que en el medio oeste norteamericano en los siglos pasados, donde se empapelaban todas las esquinas con las fotos de los forajidos, su nombre o mote, alguna de sus características específicas y la cantidad a cobrar en dólares por entregarlo vivo o muerto, puede ocurrir en nuestros días.
Ahora se intenta hacer lo mismo con los maltratadores, además y ya propuesto con anterioridad, con los abusadores sexuales, pedófilos, pederastas, violadores y demás delitos de similares características.
Es la Asociación de Mujeres Juristas Themis y la Federación de Mujeres Progresistas las que solicitan que en los casos de condenas firmes a personas por delitos de Violencia Machista, se publiquen sus datos públicamente y no como hasta ahora, solo en los Juzgados a disposición de las partes interesadas o en el buscador de Jurisprudencia pero con nombre anónimo para con ello preservar el nombre del penado de acuerdo a la Ley de Protección de Datos.
En el caso de Fraude Fiscal, las sentencias condenatorias se publican desde 2015 por aprobación de las Cortes, aportando los datos del defraudador, lo defraudado y la pena impuesta, al igual que en Castilla la Mancha que, desde el 2000 y durante casi 10 años, se publicaron los datos de los condenados por agresiones a mujeres, aunque con un amplio rechazo de la ciudadanía.
La situación social ha cambiado, el ciudadano está más susceptible a este tipo de delitos y más permeable a que se legisle a favor de esta medida, pero no solo tal y como antes comentamos a publicar los datos de los condenados por violencia de género, sino también los de los agresores sexuales, pederastas, pedófilos, violadores, etc.
Pero lo trascendente es que se actúe con cabeza y no con el corazón, ya que estas propuestas de cambios legislativos son aparentemente beneficiosas y preventivas, pero también pueden caer en errores judiciales, en casos de menor gravedad o sentencias poco argumentadas y claras y acabar con la vida presente y futura de un "supuesto" agresor.
Ojo a la Caza de Brujas que, en ocasiones, acaban señalando a quien no es, y sino acordémonos del Macartismo y su persecución a los sospechosos de espionaje soviético o de simpatizantes del comunismo en los Estados Unidos o a la que ha comenzado ahora con los agresores sexuales a nivel planetario que con razón, señalan a fomosetes abusadores, pero que también corre el peligro de formular denuncias falsas por revanchismo, envidias u otro motivo cualquiera.