Submitted by jorge on Tue, 10/10/2017 - 06:05
No se entiende que unos padres adopten una niña de 10 meses para en el lapso de los siguientes 8 meses ir acabando con su vida a base de palizas.
Somos de la opinión que una pareja que no puede tener hijos de manera natural, ya sea por esterilidad o por ser pareja homosexual, insistan y luchen denodadamente por adoptar un hijo con la ilusión propia del que desea crear con ello un hogar al completo.
De ahí que nos sorprenda que una pareja gay, Matthew Scully-Hicks, de 31 años y su marido, Craig, residentes en Gales, solicitaran el mismo año en que se casaron en Portugal, 2012, adoptar un niño para formar un hogar, petición que fue atendida en septiembre de 2015, momento en que comenzó a convivir con ellos Elsie, una pequeña de 10 meses de edad e hija de una drogodependiente a la que se le retiró la custodia.
A los 2 meses de convivencia, ya atendieron en urgencias a la niña por la rotura de una pierna motivada, según Matthew, por una caída de esta en la cocina; el día a día de la casa lo llevaba él mientras Craig trabajaba en una oficina.
Durante los siguientes meses Elsie volvió a sufrir varios accidentes domésticos que requirieron de atención médica.
Y precisamente, a las 2 semanas de plasmarse legalmente la adopción, en mayo de 2016, y cuando la niña cumplía los 18 meses, la ingresaron de urgencia en el Hospital Universitario de Gales (Cardiff), Reino Unido, en paro cardíaco y con traumatismo craneal.
Murió al cabo de un par de días después de que le desconectaran el respirador artificial.
Se le encontraron hemorragias cerebrales y la autopsia sacó a la luz otras hemorragias similares previas, además de varias costillas rotas y fracturas en el cráneo y en el fémur.
"El ataque de ese día no fue la primera vez que usó la violencia contra Elsie, ni fue la primera ocasión en la que le causó heridas graves. Sus acciones de la tarde del 25 de mayo fueron la culminación trágica de una conducta violenta continuada contra una menor indefensa —un bebé al que debería haber amado y protegido, pero al que sin embargo atacó, del que abusó y al que acabó asesinando", aseguró el Fiscal ante los Juzgados de Cardiff.
Reiteramos que los malos tratos y asesinatos de menores, en este caso, de un bebé, son los crímenes que más aborrecemos y ante los cuales la Justicia ha de aplicar los castigos más severos en Centros Penitenciarios Hospitalarios, ya que no reconocemos estas actitudes como delictivas sino como enfermedades mentales severas y, como tales, se han de tratar.