Es una noticia típica de viernes y que aunque ya difundida considerablemente a través de los medios de comunicación, no queríamos dejarla pasar sin hacer algún comentario, ya que la situación actual en lo relativo a las ocupaciones ilegales de viviendas nos parece más propia de república bananera que de un país del 1º mundo, sí se nos puede considerar nación del 1º mundo.
Resulta que un tal Manuel alquiló hace 6 años su piso en Mataró, Cataluña, a un amigo sin ningún tipo de contrato por la suma de 400€/mes y que cobra durante los 3 primeros meses, tras lo cual, no vuelve a recibir un euro en todos este tiempo.
Además, su amigo, trae a vivir a su pareja con, supuestamente, 2 hijas y 2 perros y que, aparte de O-K-U-P-A-R la casa en toda regla, la destrozan por dentro y de continuo se enzarzan en peleas de pareja que tiene a todos el vecindario amedrentado.
Pues nada, que pasados estos 6 últimos años Manuel se entera por las Redes Sociales que la pareja se traslada a veranear a Ibiza, no sin antes colocar un sistema de alarma, por si acaso.
Aprovechando esta coyuntura, fuerza la puerta, cambia la cerradura y saca las pertenencias de ambos en bolsas de la casa, además de comenzar a adecentarla de nuevo tras el paso de ese vendaval humano por su hogar.
Pero la pareja se entera por la alarma que el piso ha sido “okupado” por su verdadero dueño y lo denuncian por los delitos de Coacciones y cambio de cerradura de “su domicilio”, por lo cual los Mossos d'Esquadra lo citan a declarar, enfrentándose a un juicio con un resultado incierto.
Pase lo que pase, lo que no se puede entender es que en un país, supuestamente democrático, el propietario de una vivienda no pueda recuperar su vivienda okupada o no pagada sino es através de una Justicia que no es operativa, ni por tiempo de resolución ni por objetividad judicial, y tenga que resignarse a esperar sine die a que le devuelvan SU vivienda, en la mayoría de las ocasiones, destrozada.
Somos de la opinión que si uno puede entrar en su vivienda okupada a fin de recuperarla sin tener que utilizar la violencia sino la astucia, como es el caso que no ocupa, no se le pongan cortapisas judiciales sino que, una vez recuperada, los okupas no tengan opción al pataleo ni a ningún tipo de ventaja judicial.