Submitted by jorge on Mon, 27/11/2017 - 06:52
¿Qué hace que 4 individuos ataquen en plena madrugada de invierno a dos ancianos por dormir en la calle y ser gitanos rumanos?
Seguramente el desconocimiento de otras realidades, la ignorancia más amplia o el miedo de verse desplazados de su trabajo o sociedad por los extranjeros.
Una cosa es considerarse español y estar orgulloso de serlo y, otra muy distinta, insultar o atacar a personas de otra nacionalidad o etnia, máxime, cuando de octogenarios se trata y que carecen de un lugar donde vivir.
Nos parece de un salvajismo extremo, insultar y, posteriormente, patear y golpear a una mujer de 84 años por el mero hecho de ser una Sin Techo, rumana y gitana; ni lo merece por edad ni por ser extranjera.
Pero lo que aún nos sorprende más, es que estos asalvajados destruyeran su “hogar”, es decir, los cartones a los que había ido dando forma de cubículo y que para ella eran su H-O-G-A-R.
Y esto lo puede entender cualquier persona que haya dormido en la calle, en prisión o en otro lugar no considerado su propia casa, ya que el ser humano de manera consciente o inconsciente, busca el calor y el cobijo de cualquier lugar al que acceda para convertirlo en su habitáculo vital.
Una mugrienta celda de prisión acaba siendo el hogar del preso que la habita y que adecua y vive como si de su casa se tratara. De ahí la desesperación de las cundas o cambios de prisión.
Esperemos localicen a estos desalmados y que algún Juez con sentido común los condene a realizar trabajos en favor de la Comunidad en cualquier albergue donde cenen y dormiten los Sin Techo.