Submitted by jorge on Mon, 12/06/2017 - 06:24
¿Es positivo concentrar a los presos islamistas en una zona reservada y apartada del resto de los módulos comunes en una prisión?
Es un tema un tanto delicado, porque sí que es verdad que con ello aíslas y rompes los posibles contactos que puedan tener los internos islamistas con el resto de presos comunes, pero también es verdad que con este sistema creas un caldo de cultivo del radicalismo y, los que entraron con ciertas ideas, quizás, no del todo claras, saldrán de ahí radicalizados a fuego lento.
Y todo esto sale a colación debido al proyecto ya emprendido por el Gobierno de Australia de construir en la prisión de Goulburn, Estado de Nueva Gales del Sur (Sydney se encuentra ubicada en dicho Estado), una zona especialmente diseñada para que los presos islamistas internos en dicha prisión queden aislados y sin contacto con el resto de compañeros de cautiverio.
Dichas instalaciones quedarán terminadas en 2018 y albergarán a 54 internos musulmanes.
Australia ha sufrido a día de hoy dos atentados islamistas y, viendo el cariz que toma esta pandemia mundial, ha cortado por lo sano y decide aislar a este colectivo de reclusos del resto para que no los contaminen con sus arengas y monsergas.
Nosotros, desde nuestro punto de vista, no tenemos claro que esta vaya a ser la solución al problema, ya que solventas por un lado lo que deterioras por el otro. El problema es de origen, y eso solo se puede solucionar desde la educación y de un cambio de enfoque de las enseñanzas e influencias que estos jóvenes musulmanes reciben.
Las prisiones del mundo siguen siendo uno de los grandes caldos de cultivo de la radicalización islamista: es la única vía de escape que ven a su ya lastrada existencia.