Estas fueron las supuestas palabras que Rafael Caride Simón, miembro de ETA y coautor de la matanza de Hipercor del año 1987, transmitió a la policía en tres llamadas telefónicas seguidas. 

Es su versión. Y la esgrimió en innumerables ocasiones, entre ellas, en la entrevista que mantuvo con Rosa M.P., una de la víctimas de dicho atentado, y durante el juicio. 

No por ello tiene perdón, ni deja de ser un asesino, pero esta afirmación da que pensar, entre otras, si ignorar el aviso de ese golpe de la banda terrorista ETA no interesaba políticamente a alguien.

Conversando con Joseba Urrusolo Sistiaga, que por aquellos tiempos pertenecía a otro de los comandos de ETA y cercano a los directamente implicados, mencionó, que todas las células obedecían órdenes de la cúpula terrorista, pero que a su vez contaban con la suficiente autonomía para tomar sus propias decisiones, una vez se encontraran inmersos en la ejecución de la acción carnicera.

Pero en lo que sí insistió Urrusolo, fue en que sus compañeros de armas avisaron en tres ocasiones a la policía y nadie se tomó la molestia de activar el protocolo de emergencia.

¡Qué coincidencia! ¿Por qué motivos no se dispusieron las medidas oportunas?

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