Submitted by jorge on Mon, 28/11/2016 - 06:51
Otra niña, sí, porque con 13 años aún son niños, entró este viernes en estado muy grave debido a un coma etílico en el hospital Severo Ochoa de Leganés.
Varias amigas, entre ellas la afectada, salieron el viernes de “marcha” a un botellón organizado por jóvenes en el parque Arroyo Culebro, para lo cual compraron Ron y Vodka y dirigieron sus pasos al punto de encuentro, cayéndoles por el camino un aguacero por lo que se refugiaron en un túnel donde comenzaron a entonarse con el alcohol.
Al cabo del rato, una de ellas se desplomó, momento en que sus amigas entraron en pánico y llamaron a la Policía.
Sin embargo, fue una mujer que transitaba con su coche por la zona la que se percató de la situación y llevó a la niña al hospital, donde ingresó “perdiendo la consciencia, en coma y en estado muy grave. En la mañana del sábado su evolución había sido favorable y se encontraba ya fuera de peligro”, según el parte médico.
El caso es repetitivo (esto entre los casos que salen a la luz, los menos, ya que habitualmente se solucionan fuera del hospital y lejos de los medios de comunicación), ya que hace mes y medio, otra niña de 12 años murió por otro coma etílico después de ingerir alcohol en un botellón organizado en San Martín de la Vega.
Se trata de un problema que no es nuevo, pero que si se adelanta en la edad de los consumidores y en el descontrol existente en los botellones, situación que antes se controlaba algo más, no mucho, debido a que se consumía en locales cerrados como discotecas, locales o fiestas en casas donde siempre alguien se mantenía cuerdo.
Los padres deberían ayudar a sus hijos adolescentes, mediante la comprensión y los consejos, a adentrarse en el peligroso mundo de las drogas y el alcohol, no con la prohibición sin más razonamientos.