Submitted by jorge on Tue, 01/10/2019 - 06:45
A los pobres animales los denominamos “animales” con ese retintín despectivo con el que nos referimos a seres sin, supuestamente, raciocinio ni sentimientos.
Sin embargo, se ha demostrado que los animales no solo cuentan con sentimientos, sino que muchos poseen un símil de inteligencia bastante desarrollada, cosa que en ambos supuestos no podemos afirmar de todos los humanos.
Porque hay algunos que no entendemos como sobreviven en nuestra sociedad, ya que son casos patológicos de agresividad y falta de coherencia.
En noviembre de 2015, dos personas circulaban en su coche por una barriada de Sevilla, cuando vieron a una pareja salir discutiendo de un bar y trasladar la pelea a la calle. La discusión debió de tener tintes bastante agresivos, ya que los primeros pararon el coche y se bajaron a recriminar al agresor.
Éste último, ni corto no perezoso le propinó a uno de ellos un puñetazo en la boca, para acto seguido entrar en el bar y salir con dos cuchillos de grandes dimensiones con los que se dirigió al otro hombre y le asestó una cuchillada en el cuello que él, al defenderse, bloqueó con el brazo, quedando herido en el mismo.
Inmediatamente después, acuchilló dos veces al primero, anteriormente golpeado, en el tórax y la clavícula. Tal fue la batalla campal, que dos coches de la Policía acudieron al lugar de los hechos y entre 6 agentes pudieron detenerlo, después de recibir puñetazos, patadas, mordiscos y golpes, por lo que resultaron heridos 2 agentes.
El jueves pasado iba a ser juzgado este “animal” en la Audiencia de Sevilla con una petición fiscal de 14 años de prisión por 2 Homicidios en grado de tentativa, 1 año y 3 meses y una indemnización, pero momentos antes del juicio llegaron a una conformidad, quedando el agresor sentenciado a 2 ½ años por una tentativa de Homicidio con atenuante de drogadicción, 2 años por un delito de Lesiones, 6 meses por Atentado, una Multa económica por las Lesiones a los agentes y una indemnización de 10.000€ para las víctimas.
La verdad, nos parece una condena pírrica para un salvaje de estas características, estuviera borracho o drogado, pero el resultado de su locura es haber dañado el día a día de un par de ciudadanos que nada tenía que ver y que solo trataba de mediar. Necesitaría un correctivo más ejemplarizante, como siempre decimos, con trabajos intensos y continuos en favor de la Comunidad, ya que con esta condena de prisión en un par de años volverá a la calle aún más maleado de lo que entró.