Submitted by jorge on Thu, 26/09/2013 - 09:04
Cuando noticias de este calado llegan a nosotros, nuestra creencia en la bondad y humanidad del ser humano queda eclipsada.
Lo que nuestros congéneres pueden llegar a hacer por dinero, quizás nosotros también, por amasar fortunas, o simplemente por unos miles de euros, es vil a la vez que inconsciente, ya que asesinar a 80 elefantes con cianuro envenenando sus pozos de agua por vender sus colmillos -dado que ninguna otra parte del paquidermo es comercial (salvo los pelos de la cola y quizás sus patas como objetos decorativos) ni su carne comestible-, es pan para hoy y hambre para mañana.
Después los detienen, los condenan a un par de años y masacre olvidada.
Lo que estos cazadores furtivos no piensan, dejando de lado su carácter sanguinario, es que eliminar eslabones en la cadena vital de la naturaleza significa ir acelerando la destrucción de la misma, es decir, ir cercenando el futuro del planeta, el de nuestros hijos y los hijos de estos hijos.
¿Qué nos ocurre, que nada nos interesa exceptuando el dinero, o que la riqueza está mal distribuida y los que carecen de los recursos mínimos no tienen nada que perder, ni siquiera el futuro de sus hijos que ya hoy por hoy carecen de futuro?
http://www.publico.es/470499/cazadores-furtivos-envenenan-a-mas-de-80-elefantes-en-zimbabue#