Submitted by jorge on Fri, 19/06/2020 - 06:26
Una de estas historias de viernes, tanto por lo hilarante de la misma como por su rasgo algo macabro.
Un joven de 22 años que trabajaba, presuntamente, para una funeraria de la ciudad brasileña Ponta Porá, en el Matto Grosso, fue detenido en un control policial de carreteras rutinario debido al Covid-19.
Cuando la Policía inspeccionó el vehículo funerario y vio los 2 ataúdes sellados, preguntó al conductor sobre el destino de los mismos, a lo que este respondió con nerviosismo que al estado colindante de donde se encontraba.
Todo parecía correcto, pero el nerviosismo del joven puso en guardia a los agentes que lo conminaron a destapar los ataúdes. Así, ante su sorpresa, aparecieron 300 kilos de Marihuana en paquetes sellados en lugar de los cadáveres y que se transportaban para su distribución al otro estado.
Por supuesto, el joven fue detenido y la Marihuana decomisada, pero la Moraleja de esta historia radica en que, a sabiendas que Brasil es el segundo país más afectado del mundo por el Covid-19, con 45.241 fallecidos y 923.289 casos confirmados y solo superado por los Estados Unidos, es de lógica que los controles policiales para evitar desplazamientos habrían de ser abundantes y exhaustivos, por lo que salir con el coche cargado de Marihuana aunque sea en ataúdes, era de un riesgo máximo.
Bueno, este es un ejemplo más de la habilidad de algunos para no paralizar su negocio, por muy ilegal que sea.