Submitted by jorge on Mon, 13/05/2013 - 09:02
Que en las cárceles del siglo XXI se utilicen las cadenas para someter a los reclusos es propio de la Edad Media.
Pero ocurre. En el hospital de la prisión argentina de San Martin, en la provincia de Córdoba, una inspección de la Fiscalía realizada en base a las denuncias recibidas por dicha Institución, pone al descubierto una sucesión de atrocidades y torturas contra los presos díscolos:
“En la cárcel de San Martín recibimos los testimonios de muchísimos detenidos que con mucho temor nos contaron sus padecimientos y nos hablaron del método que se aplica allí y que es el más temido por ellos”, aseguró el fiscal Córdoba. “Cuando protestan por alguna razón o hacen planteos ante los guardias, son golpeados y los llevan arrastrando hasta el hospital del penal, donde los amarran con cadenas a camastros de hierro.”
Pero en España se dan casos, si no idénticos, sí similares.
En la cárcel de Herrera de la Mancha existe una celda en Ingresos con doble puerta de seguridad, una de acero exterior y otra interior de rejas, y llamada “el Cangrejo”, en cuyo interior existe un camastro metálico atornillado al suelo y con argollas en cada uno de sus extremos, donde son esposados los internos problemáticos y tratados en consecuencia.
Pero esto no trasciende a los medios de comunicación porque se trata de hechos aislados y no cuenta con las dimensiones de lo realizado en la prisión de Argentina.
Los presos son ciudadanos que cometieron un error, un delito, y lo que hay que buscar es su reinserción, no su desestabilización y su rencor por medio de los malos tratos.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-219790-2013-05-11.html