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CARTAS DESDE MI CELDA por Chema Gómez Pontón (escritor y periodista)

Arango 2 (2)

En plenas celebraciones cervantinas he elegido este título de una de las grandes obras románticas del periodo decimonónico de nuestro país. El siglo XIX fue sin duda apasionante, con sus luces y sombras, entre ellas las duras condiciones penitenciarias en las que se desenvolvían los condenados que pasaban sus días en lóbregas mazmorras y no se hacía ningún tipo de pregunta sobre lo que intra muros sucedía conculcando unos incipientes derechos humanos. Han pasado casi dos siglos y afortunadamente en nuestro país estos derechos humanos se respetan al menos de modo mayoritario. Ahora yo les propongo una historia real, periodística y personal vivida para que ustedes juzguen y extraigan sus conclusiones de lo que pudo haber pasado pues el periodismo siempre tiene que ser algo interactivo y sobre todo un contrapoder que se atreva a contar lo que no quiere ser desvelado por el poder. En febrero del año 2011 comienzo una comunicación epistolar (por carta) con un preso condenado por terrorismo, militante del PCEr (Partido Comunista Reconstituido) llamado Manuel Arango Riego con número de identificación 7821000018 por aquel entonces en la prisión de Aranjuez VI. Desde un primer momento me identifico como escritor y periodista y el recluso accede a facilitarme información para la realización de un reportaje periodístico y un libro. Eso es sabido por Instituciones Penitenciarias ya que el condenado al ser un terrorista y pertenecer al archivo FIES (Fichero Interno Especiales) se tiene derecho a visionar la correspondencia por obvios motivos de seguridad. El recluso se convierte en el sueño de cualquier periodista y escritor, pues es una excelente fuente de información. En el mes de agosto del año 2011, Manuel Arango me comunica que padece múltiples problemas de salud; que tiene amputado gran parte del intestino delgado, dañadas varias vertebras, y que realiza todos los lunes de cada semana una huelga de hambre en señal de protesta. Se ha quejado en repetidas ocasiones de su situación pero debido a la aplicación de la doctrina Parot se le ha denegado siempre la revisión de su condena. En el mismo mes de agosto, el condenado con un estilo narrativo de angustia me comunica que yo soy la única voz en el exterior que tiene y que debo de denunciar tales hechos y ponerme en contacto con su esposa, llamada Isabel Aparicio Sánchez, por aquel entonces en la prisión de Brieva (Avila) otra terrorista condenada por pertenencia al PCEr a 11 años y dos meses al igual que su marido. La mencionada historia que hasta ahora simplemente es interesante, a partir del 9 de septiembre de 2011 se convierte en apasionante y desgraciadamente con visos de tragedia, pues con esa fecha sale desde la prisión de Aranjuez VI, de donde era director Matías Muñoz Gajate, una carta a nombre de Arango en la que puedo atisbar una serie de irregularidades las cuales indican que esa no es su letra, ni su estilo narrativo, y lo más sorprendente, en el remite el preso lo suscribe con su nombre y apellidos, algo que no había ocurrido en las cartas anteriores, pues debido a que él se consideraba un preso político y como en nuestro país no hay tal condición de reos, en señal de protesta al no dejarle suscribir como preso político, colocaba en dicho remite el nombre de algún familiar, generalmente el padre o la madre. Esa es la primera presunta falsificación, pues las tres cartas siguientes siguen siendo falsificadas por lo tanto alguien suplanta la personalidad del preso. En ellas, el citado recluso me propone que capte gente para la organización, algo insólito pues en una correspondencia que esta controlada por las autoridades nadie puede ser tan estúpido de formular una proposición de colaboración con banda armada con lo que incrementaría su pena. En una carta de febrero del año 2012, se vuelve a producir otra falsificación. En este caso se subrayan con typex varias palabras como si el recluso me quisiera transmitir algún tipo de mensaje. En dicho momento aquello me lleva a pensar que algo raro esta sucediendo e intento comunicar con la esposa de Arango, a la cual escribo a la cárcel de Brieva y ya no obtengo respuesta. También me desplazo a la casa de los padres de Arango, en Villaseca de Laciana, dos entrañables ancianos llamados José y Maruja. Cuando les explico la situación y les comienzo a leer una de las cartas que pienso están falsificadas, su padre emocionado comienza a llorar. Al preguntarle por qué lo hace, esgrime como argumento que su hijo les escribe muy poco a ellos. En el mes de mayo de 2012, en la realidad administrativa de Instituciones Penitenciarias se produce un traslado del señor Arango a la prisión de Zuera en Zaragoza. A raíz de ese traslado, un sector de la guardia civil comienza a acosarme, intimidarme, amenazarme y vulnera una serie de derechos al intervenir mi móvil sin orden judicial. Ante el cariz de tales acontecimientos, formulo la primera denuncia en el Juzgado Nº 1 de Ponferrada, en la cual pongo en conocimiento de la autoridad judicial el acoso sufrido y apunto la posibilidad de que el señor Arango ha podido sufrir una trágica desaparición en prisión y ésta ocultarse por parte de las autoridades. La denuncia es formulada por una funcionaria de dichos juzgados y en papel oficial de la administración de justicia figura lo siguiente: “PROCEDIMIENTO ABREVIADO DILIGENCIAS PREVIAS Nº 0000/1995” Un encabezamiento escalofriante, pues la denuncia es formulada el 6 de junio del año 2012, su numeración no cuadra con la realidad y otro dato demoledor es que en una denuncia escrita por un funcionario de justicia nunca puede aparecer aquello de procedimiento abreviado diligencias previas, pues a nivel procesal ese sería el paso siguiente llevado a cabo por el juez en base a la denuncia presentada y NUNCA en la propia denuncia por lo que se estaría hablando de un presunto caso de PREVARICACIÓN, COHECHO Y FALSEDAD EN DOCUMENTO PÚBLICO. Ni que decir tiene que esa denuncia sigue aún sin responder. Entre todo ello, el reportaje que había realizado sobre el señor Arango y que llevaba por título: “Tiempo de Guajes”, misteriosamente no es publicado por ningún medio, algo un tanto extraño pues no es fácil tener como fuente a alguien condenado por terrorismo y mucho menos que con luz y taquígrafo se preste públicamente a ello con su nombre y apellidos. Las presiones sobre mi persona se intensifican y comienzan a allanar mi domicilio para dejarme mensajes; en una ocasión colocan en mi habitación un casquillo de bala, en otra una sustancia polvorienta, en otra una cáscara de plátano. Ante tal magnitud de acontecimientos el 20 de julio decido encaminarme a la Audiencia Nacional a realizar una denuncia sobre la desaparición de un preso y todos los demás acontecimientos. En la misma Audencia Nacional, soy recibido por una funcionaria que me dice: “A usted quien le ha dicho que tenía que venir aquí”, y lo que es más significativo que ninguna funcionaria me quiere redactar la denuncia y soy yo quien la tengo que redactar con mi puño y letra. Justamente el mismo día se hace público por parte del Ministerio del Interior la gran noticia del esclarecimiento del secuestro y desaparición del señor Publio Cordón. Su cuerpo sigue sin aparecer, con lo que tras más de 17 años no se ha avanzado mucho. Les podría seguir relatando muchas más ignominias sufridas pero creo que ya es suficiente. Ustedes son inteligentes y sacaran sus propias conclusiones. Las mías son las siguientes; que en Instituciones Penitenciarias se oculta y se intenta encubrir un espeluznante hecho que podría estar en relación con la desaparición del señor Arango Riego. Que el preso al pertenecer a un archivo como el FIES o
ficialmente se le tiene aislado y no se me permite ningún tipo de comunicación con él. Ustedes se preguntarán, por qué su familia o la propia organización terrorista no hace preguntas sobre el asunto. Aquí viene al segunda parte de la historia, y es que su mujer, la esposa de Arango Riego, por más que he querido comunicarme con ella en la prisión de Zuera es misión imposible. No se ustedes que opinan. Yo ató cabos y llegó a las siguientes conclusiones. Que el 9 de septiembre Manuel Arango muere en la cárcel de Aranjuez VI. Que la muerte no se haga pública me induce a pensar que se trata de un hecho producido en extrañas circunstancias y que esto se silencia debido a la inminente convocatoria electoral del 20 de noviembre del año 2011. Que si nadie hace preguntas sobre el asunto, es decir ni la organización terrorista, ni la familia de uno u otro preso, es porque se ha dejado en libertad a la esposa de Arango Riego a cambio de que nadie haga preguntas. Una condenada por terrorismo que al igual que su marido debería salir de prisión en el año 2018. Lo que digo se demuestra bien fácil, pues en base a la libertad de prensa recogida en el artículo 20 de la Constitución Española no se injuria ni se difama a nadie. Y si alguien lo cree así debe de acudir a los tribunales. Recordando que para demostrar que lo que atestiguo es falso un juez con competencia (leáse de la Audiencia Nacional deberá de ser el que certifiqué que los citados reclusos se encuentran donde certifica Instituciones Penitenciarias). Esto es España, el siglo XXI, la época de la globalización y de la tercera generación de derechos humanos y a día de hoy no pueden existir dudas razonables sobre el paradero de un recluso. Alguien podría acusarme de defender a un terrorista desde un discurso reaccionario. Es un argumento que se cae por su propio peso, pues de ser cierto lo que les cuento quien en realidad defiende a un terrorista es quien le deja en libertad de un modo ilegal a cambio de silenciar una desaparición, pues es quien conculca el estado de derecho. Una vez más en la lucha terrorista se demuestra que no valen atajos y que cuando no se cumple la ley se producen escándalos. Ahora puede que Instituciones Penitenciarias se cierre en banda e intente demostrar con un expediente administrativo que ambos reclusos están dentro de la cárcel y vivos. Yo les propongo que se queden con los nombres de Manuel Arango Riego e Isabel Aparicio y que en el año 2018 que es cuando deberían salir de la cárcel vayan a recibirlos. Ya verán como de la prisión ambas personas no salen, simplemente porque ambos ya salieron hace tiempo y por la puerta de atrás. Lo que digo se demuestra muy fácil. Las cartas que poseo en mi poder son falsas, que se coteje con un cuerpo de escritura con la del señor Arango y se desplace allí un señor juez. Ahora que llego al final de esta historia casi debo de rectificar el título y lo que en un principio eran cartas desde mi celda en honor a Bécquer pasan a ser Cartas de un Fantasma en base a que quien me escribe ya no esta en el reino de los vivos. Ustedes mismos.

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