Submitted by jorge on Thu, 08/10/2015 - 06:35
Siempre hemos intuido que las naciones poderosas manipulaban y se ingerían en la política de países menos potentes y de los cuales deseaban sacar un rédito, tenerlo en nómina o destrozarlo.
Pero hoy en día la información fluye libremente y lo que antaño presentíamos hoy se constata, a pesar que los informadores de todas estas estrategias y secretos de Estado hayan sido detenidos, procesados o estén en la búsqueda y captura de estas grandes potencias cuya basura está saliendo a la luz.
Solo hay que ver el caso del soldado Snowden, el de Assange, el de los hackers de Anonymus y el de otros muchos más.
Ahora, sin embargo, el que está poniendo en entredicho al Gobierno de los Estados Unidos –una de las tantas potencias apisonadoras-, no es otro que William Blum, un ex empleado del Departamento de Estado de Norteamérica que ha desvelado que su país ha derrocado entre el siglo XX y XXI más de 50 gobiernos de diversos países, además de influir y manipular otros tantos.
Y si no, acordémonos de la captura y arresto del ex presidente panameño Noriega bajo supuestos cargos de narcotráfico, la invasión de la isla caribeña de Grenada, el control a mediados del siglo pasado de países como Colombia y Costa Rica por medio de empresa multinacionales como la United Fruit, el apoyo a Pinochet para derrocar al gobierno legítimo de Salvador Allende, el derrocamiento del régimen de Sadam Hussein en Irak y tantos otros de una lista interminable.
Y de esas tierras estos lodos que se les devuelven, como son los casos de Corea, Afganistán, Irak, etc.
Si se preocuparan más de sus problemas internos, estas potencias no tendrían que ir buscando otros fuera de sus fronteras.