Submitted by jorge on Fri, 11/12/2020 - 06:26

En muchas ocasiones deberíamos aprender de nuestro vecinos del Norte, que si bien también cuentan con casos de corrupción como creemos que se dan en todos las naciones del mundo dado que el P-O-D-E-R corrompe, suelen ser más diligentes y honestos a la hora de condenar, ya sea porque la Justicia del país donde se ha cometido el delito reacciona sin tener en cuenta el status del culpable, o bien, porque el mismo “delincuente” reconoce su error, se aparta del cargo y se pone a disposición de la Justicia.
En España esto no ocurría y tampoco ocurre en la generalidad de las ocasiones, aunque día a día los delitos de Tráfico de Influencias, Sobornos, Apropiación indebida y otras tantos de similares características, van saliendo a la superficie y ante la opinión pública y comienzan a juzgarse.
En este caso, ha sido la Fiscalía de Francia la que ha puesto en tela de juicio la honorabilidad del expresidente Nicolás Sarkozy, su abogado Thierry Herzog y el exmagistrado del Supremo Gilbert Azibert, a los que acusa de los delitos de Tráfico de Influencias y Corrupción y para los que pide las siguientes penas:
• Nicolas Sarkozy 2 años de cárcel firme y otros 2 exentos de cumplimiento.
• Thierry Herzog 2 años de cárcel firme y otros 2 exentos de cumplimiento.
• Gilbert Azibert 2 años de cárcel firme y otros 2 exentos de cumplimiento.
Esta petición solicitada por el fiscal Jean-Luc Blachon, se basa en conversaciones telefónica grabadas a los tres personajes durante mas de 6 meses, por lo que quedan probados los hechos, según este Fiscal que además asegura que en febrero de 2014 los tres acusados hicieron "un pacto de corrupción", haciendo especial hincapié en la máxima culpabilidad de Sarkozy al que tilda de haber "mancillado el puesto de presidente, que ocupó entre 2007 y 2012, al considerar que el poder le permitía todo, puesto que estos hechos fueron cometidos por hombres cuyo compromiso profesional y político era de un alto nivel y que han dañado considerablemente el tejido institucional que constituye el Estado de Derecho, además de ser inadmisible que un antiguo presidente de la República se olvide de la República, ya que Sarkozy tenía un deber superior con las leyes, de las que fue el principal guardián durante sus cinco años en el Elíseo".
El abogado defensor y el propio expresidente presentan sus argumentos en contra de estas denuncias, y éste último insiste en no haber cometido delito alguno, que existe por parte de la Fiscalía una persecución de índole política contra él y sus compañeros de causa y estar preparados para rebatir estas acusaciones y resolver la causa de manera favorable para los 3.
Veremos en que queda este pasquín judicial, pero el mero hecho de haber sacado los trapos sucios a la palestra y ser denunciado, además de pedir para un expresidente años de prisión, dice mucho de la democracia en este país.