Submitted by jorge on Mon, 09/09/2013 - 09:07
Porque robar o provocar un incidente a fin de ser detenido y entrar en prisión es sinónimo de desvarío o de mucha, muchísima necesidad.
Y eso es lo que está ocurriendo en nuestro país vecino, Portugal y, por extensión, en el nuestro.
En los últimos dos años se ha incrementado el número de internos en las cárceles portuguesas, siendo menor la criminalidad habitual, aunque haya crecido el número de pequeños delitos (hurtos, robos) y la denegación de las libertades condicionales por falta de garantías (escasa vinculación familiar por falta de medios, interés en la reinserción, etc.)
Otro tanto ha ocurrido en nuestras prisiones, y en post anteriores ya hicimos referencia a varias personas que cometieron delitos con el único fin de entrar en la cárcel.
Pero lo que queremos destacar en este caso es la sabiduría de ciertos jueces a la hora de dictar sentencia.
El juez portugués en cuestión, evitó en dos ocasiones la entrada de este desempleado en prisión basando la sentencia en los motivos que lo llevaron a cometer ambos delitos, que no eran otros que la falta de recursos y el hambre. Por contra, lo obligó a cumplir trabajosen favor de la comunidad en una Ong que además le proporciona cobijo.
Decisiones de esta índole son las que salvan la Justicia de caer en la monotonía de las sentencias a prisión.
Y para el caso de España, lean nuestro post del pasado viernes 6 de septiembre.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/09/07/actualidad/1378569260_760569.html