Submitted by jorge on Tue, 06/11/2018 - 06:45

Cuando años ha, en nuestra infancia y juventud, a muchos de nosotros nuestros padres nos daban unos buenos azotes y hasta fuertes palizas por habernos portado mal, haber sacado malas notas o haber llevado a cabo una gamberrada, nos callábamos y a tragar, ya que los padres siempre tenían la razón con relación a la educación de los niños; en ese aspecto, no existían las denuncias ni nada por el estilo.
Las cosas han cambiado. Hoy en día, los papis han de andar con mucho tino, ya que un azote o una cachetada a un hijo mal avenido, puede terminar con el progenitor en la comisaría con una denuncia de aquí te espero.
Hemos pasado de un extremo al otro por eso de ir por el mundo de nación progre.
Pero de ahí, a que una madre alcoholizada dé una paliza a su hija con puñetazos y arrancada de mechones de pelo incluidos, hay un trecho y, en este caso, claro que hay que tomar cartas en el asunto, como lo hizo el Juzgado de lo Penal nº 1 de Albacete, que juzgará mañana a una madre por un cargo de presunto delito de lesiones en el ámbito familiar, delito por el que la Fiscalía solicita 9 meses de cárcel y 2 años sin poder contactar con su hija.
Pero además, el escrito refleja “que su adicción al alcohol no influye en su conocimiento intelectivo y que puede discernir los hechos por los que se le acusan”.
Por lo tanto, a pesar de que esta madre está alcoholizada, es consciente de pegar a su hija de manera brutal, ya que en el primer interrogatorio lo reconoció, por lo que la atenuante del alcohol no creemos que vaya a rebajar la pena.
Las personas que han sufrido o sufren a un alcohólico o a un drogadicto agresivo en el hogar, saben lo que pudo sufrir esta niña, máxime, ante la impotencia de reaccionar ante una madre.