Submitted by jorge on Fri, 15/02/2013 - 07:52
Dos años después del suicidio de un ciudadano australiano-israelí en una cárcel de Israel, sale la noticia a la luz.
Se trataba posiblemente de un agente secreto del Mossad (Servicio de Inteligencia Israelí), que por motivos que desconocemos fue detenido en secreto, clasificado como prisionero sin nombre y aislado del mundo. Posteriormente se quito la vida en la cárcel.
No se supo de su situación ni de su identidad hasta que una cadena de televisión australiana reveló recientemente el caso.
Pero no solo en Israel cuecen habas.
Por la prisión de Guantánamo han pasado miles de detenidos islamistas, unos posibles culpables, pero la mayoría inocentes y detenidos por los jefes tribales de Afganistán y vendidos a los Estados Unidos como paquetes al peso: tantos prisioneros, tantos dólares que pagaban.
Así fueron trasladados a Guantánamo, esposados, con la cabeza cubierta y sin identidad. Y así permanecieron meses y años, hasta que los reenviaban a prisiones de países amigos, entre ellos España.
Y aquí recibimos en 2005 a Lahcen Ikassrien, marroquí, capturado en Afganistán, vendido a los Estados Unidos por 75.000 dólares, encerrado en Guantánamo durante cuatro años, y reenviado a nuestro país.
Permaneció indocumentado durante un año en la prisión de Soto del Real, juzgado y absuelto en el año 2006 por falta de pruebas.
Desde ese año deambula por Madrid, con una mujer, una niña pequeña, y sin documentación alguna ni nación que lo reconozca como súbdito; es un paria que no existe para nadie.
Así va para siete años…
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/02/14/actualidad/1360830603_255799.html
http://elpais.com/diario/2006/11/19/domingo/1163911953_850215.html