Submitted by jorge on Tue, 13/07/2010 - 08:23
-Pues aunque sea más jodido allá, sé que con billetico y teniendo a la familia saldré más rápido. Así que hágame la vaina esa y que me envien al Pueblo cuanto antes –corta Elisabeth María al abogado y se reafirma en su postura.
-Bien, iniciaré los trámites de la repatriación, aunque ya te aviso que se llevará un tiempo. He de solicitarlo en nombre tuyo y que ambos Gobiernos den el visto bueno. Te tendré informada. Bueno, Elisabeth María, si te fueran a trasladar me llamas de inmediato para localizarte en el nuevo destino. Tengo que dejarte. Enhorabuena de nuevo y te visitaré dentro de un par de semanas. Hasta luego –se despide el abogado.
-Ah, doctor, se me olvidaba. Esa vaina que me cobran, esa multa de 85.570€, ¿qué es la vaina con eso?, ¿cuándo y cómo tengo que pagar? Usted sabe que no tengo ni… -pregunta humilde Elisabeth María.
-Tranquila, tranquila. ¿Tienes algo a tu nombre aquí en España? –se escucha la voz del abogado al otro lado de la línea.
-Pues, ¿cómo?, ¿de dónde? Nada.
-Pues si no tienes nada a tu nombre, no has de preocuparte, ya nada te pueden quitar. No te mortifiques por la multa, dado que se suele calcular por el valor de la droga en la calle. Ahora sí, Elisabeth María, te dejo. Te visitaré. Adios –termina Fernando.
-Adios, doctor.