-Vamos a ver. En primer lugar, ¿existe constancia de que lleváis tres meses de relación?, ¿os carteáis de continuo?
-Pues claro, jefe. Tres meses y medio carteándonos y unos dos meses y algo viéndonos en el Socio.
-¿Cómo qué viéndoos en el Sociocultural?- le interroga bizqueando.
El Filetes percibe que quizás ha dado demasiada información y que este cacho hijo de puta les puede joder a todos los intermedios de café y magreo entre columnas.
-No, no, nada, que nos vemos a la salida de clase y nos saludamos.
Un largo silencio se instala entre ambos. Al cabo del cual, el Ciriaco gira sobre si mismo y mientras se aleja, va dejando unas palabras por el camino:
-Veré que puedo hacer.
El Filetes es consciente de que la pelota está en el tejado del funcionario. Él ya no puede hacer más: la suerte está echada y ahora toca esperar.
Siempre esperar, piensa el menda mientras se acerca a su módulo. En la calle nunca esperaba. Quería algo, lo buscaba, lo tomaba y listo; caso solucionado. Le gustan los pelucos caros: aluniza con su grupo en una joyería de esas de Serrano y problema ventilado. Cincuenta pelucos de las mejores marcas y colores. Qué hoy me da por una televisión de esas de plasma de 500 pulgadas o bites o como se llame eso, nos colamos en el Melia Marke ese por la noche, colocamos la frugoneta en la puerta de atrás, y ala, a cargarla hasta los topes. La alarma…, para eso no hay problema. El Fausti lo soluciona tó. Y ya para molar, fardar y ligar, nos agenciamos unos cuantos bugas de lujos y tenemos a las chavalas que queremos. Lo que quiero y cuando quiero.