Submitted by jorge on Mon, 29/02/2016 - 06:51
Un súbdito ecuatoriano que violó a sus hijas de 11 y 8 años durante, supuestamente, un periodo de tiempo, pero que debido a la lentitud de los procesos de verificación y comprobación de dichas denuncias la Guardia Civil demoró en hallarlo, no puede ser extradito a España una vez localizado en Ecuador, a pesar de residir aquí junto a sus hijas y haber realizado las violaciones en suelo español porque la orden internacional de detención no contempla esa posibilidad.
Lo único positivo de todo este periplo, es que el violador en cuestión ha sido detenido en Ecuador, ingresado en prisión y será juzgado en dicho país.
Pero lo que nos llama la atención, es la facilidad que tuvo para, una vez supo de la denuncia interpuesta contra él por una ONG especializada en el tratamiento de personas víctimas de abusos sexuales y no de la madre de las niñas, huir con toda tranquilidad de su domicilio y, con apenas medios, viajar a su país de origen, Ecuador, donde logró esconderse durante un tiempo.
Sí es sencillo huir cuando se comete un delito de esta envergadura por lo lento y anquilosado de los procesos de investigación que derivan en una caza y captura del sospechoso, también debería ser sencillo extraditarlo del país receptor al lugar donde se cometió el delito.
Seguimos contando con una Justicia lenta, poco informatizada y mal relacionada en el exterior.