Submitted by jorge on Thu, 08/11/2018 - 06:43

Se trata de un caso poco conocido por lo aparentemente irrelevante del delito cometido, aunque el historial del individuo en cuestión y la manera de manejar los hilos demuestran su poder y, porque no decirlo, su desvergüenza y caradura.
El mayor empresario del carbón de Asturias, Victorino Alonso, mandó destruir en 2007 unas cuevas con un yacimiento neolítico importante en su interior, Cuevas de Chaves, dentro del perímetro de una finca de caza que él posee y que utilizaba con sus amiguetes para pegar unos tiros.
Deseaba crear unos abrevaderos para las cabras y a pesar de haberse registrado las susodichas cuevas como un bien arqueológico nacional susceptible de ser estudiado, Victorino envío una retroexcavadora y destruyó todo vestigio prehistórico.
Por dicho delito se le condenó a 2 ½ años de prisión y a pagar 25,5 millones de euros de multa, pero debido a la habilidad de sus abogados retrasando la instrucción del sumario que duró más de 7 años, la Audiencia Provincial le redujo la pena a 2 años por dilaciones indebidas.
Ahora no entra en prisión por dicho motivo, aunque cuente con antecedentes penales posteriores al hecho -por lo que no computan-, y por declararse insolvente.
Pero el pájaro en cuestión no es trigo limpio, ya que en 2010 el Tribunal Supremo lo condenó por fraude en la calidad de su carbón y en 2016 la Audiencia Provincial de Oviedo obligó a pagar a sus empresas 46 millones de euros a Hunosa por la desaparición de 577.924 toneladas de carbón.
Aunque ninguna de sus empresas, ni el coto de caza, ni sus casas se encuentran registradas a su nombre, por lo que además de eludir este pago, en los años 90 también se declaró insolvente para no pagarle la pensión a su exmujer.
Sin embargo, una de sus empresas, Fimbas, condenada por este delito como responsable civil subsidiaria, entregará la finca valorada en la mitad de la multa como parte de dicho pago, mientras el empresario aparece como jubilado con la pensión embargada parcialmente, con lo que realiza pagos parciales, lo que ha tenido “en cuenta el juez de Huesca a la hora de considerar que está haciendo frente a los pagos en la medida de sus posibilidades”.
Pero sobre los papeles aparece que el pobre Victoriano Alonso ha tenido cargos de responsabilidad en unas 50 empresas durante las últimas décadas, muchas de las cuales eran suyas, aunque él aparezca sin patrimonio ante el Fisco y la Justicia.
Ésta ultima se contenta con mirar hacia otro lado y no hacerle pagar en condiciones la pena.