Submitted by jorge on Mon, 11/07/2016 - 06:51
Encontramos un artículo de prensa que narra la vida en prisión del “Chapo Guzmán”, y que en poco difiere a la de cualquier preso residente en una prisión española en régimen de aislamiento, ya sea por estar clasificado en 1º grado o por haber sido enviado a ese módulo por una pelea o una acción “ilegal” grave realizada dentro de prisión.
Aseguran que desde su anterior fuga y posterior detención y traslado a la Prisión de Ciudad Juárez a la espera de su extradición a los Estados Unidos, el Chapo se encuentra aislado en una celda de algo más de 6 metros cuadrados, con un lavado metálico, una taza o tigre metálico, un camastro y una ventanuca.
Juega al ajedrez solo, lee libros, come en la celda, recibe las visitas de sus abogados, se encuentra vigilado noche y día y..., sobrevive.
Pues muchos de los presos españoles o extranjeros que se encuentran en el módulo de aislamiento de una cárcel española, llevan una vida similar a la de este mejicano, con alguna que otra diferencia, pero poco más.
Dependiendo de la prisión, viven solos en celdas de entre 6 y 9 metros cuadrados, con un lavabo y un tigre metálicos, un camastro, una ventanuca y alguna estantería de hormigón. Unos tienen televisión (comprada por ellos), otros no, pueden tener unos cuantos libros y revistas y nada más.
Comen en esa celda, recibiendo la comida por una apertura situada en mitad de la puerta blindada, compran una vez al día tabaco, café o algún otro comestible al economatero que pasa con un carrito y les entrega la mercadería por la misma apertura, bajan 2 horas a un pequeño patio solos, pueden realizar alguna llamada y, dependiendo de las condiciones del confinamiento, reciben ciertas visitas en el mes, aunque no todos.
Y poco más.
Como verán, la vida de un primer grado español no difiere en mucho a la del, hasta hace poco, delincuente más buscado del mundo.