Submitted by jorge on Thu, 30/07/2020 - 06:26
Llama la atención que lo que no ha logrado el entendimiento entre diferentes las facciones políticas o los acuerdos en el mundo judicial en los últimos 25 años, lo vaya a conseguir un diminuto virus que está transformando nuestro planeta: el Coronavirus.
Desde mediados de los años 80, las diferentes Reformas Penales de nuestro país han logrado mantener la tasa de encarcelamiento en España entre las más altas de Europa y eso a pesar de que desde el año 2010 se ha reducido el numero de presos de los 77.000 de ese año a los 59.000 del año 2019, es decir, desde los 166 presos por cada 100.000 habitantes de esos años a los 127 del año pasado, a pesar de que sigamos por encima de la media de encarcelamiento europeo de 118 presos por cada 100.000 habitantes.
Pero la Pandemia que nos ha "pillado" con el pie cambiado este 2020, parece que viene a asentarse y a reformular el Sistema Penitenciario Español, entre otros, forzando a que las Autoridades suavicen las normas a fin de evitar los contagios entre presos en las prisiones y acortando el tiempo de cumplimento en la cárcel, y todo ello en beneficio de liberar a muchos de ellos de su confinamiento y poder acceder a dormir en sus casas bajo el paraguas de 2º grados con el art.102 o 3º grados, lo que ha provocado que entre marzo y abril de este año accedieran a esta modalidad unos 3.000 Internos que sumados a los que ya disfrutaban de esta clasificación, hace un total de 5.579 Internos, casi un 10% del total de presos en España.
Y esto plantea la duda de sí la prisión es la mejor manera de rehabilitar a los condenados o, planteado de otra manera, si las Penas Alternativas a la Prisión, el Régimen Abierto, el adelanto de la Libertad Condicional o los Trabajos en Beneficio de la Comunidad no serían las medidas idóneas en estos tiempos que corren para reincorporar con mayor premura a los presos de nuevo a la sociedad.
En los últimos años se han ralentizado las entradas de condenados en prisión, cada vez entran menos a cumplir, aunque a su vez cada vez tardan más en salir, ya que el rigorismo aplicado en la Legislación Penitenciaria así como las reglas impuestas en las diferentes Administraciones Penitenciarias, en especial, entre los años 2002 al 2010, impedían que las personas se reincorporaran con facilidad a la Libertad.
Mucho de este rigorismo penal aplicado a los condenados tiene que ver con el “populismo punitivo” que utilizan los políticos para ganar votos, haciendo creer que el aumento de la delincuencia solo se combate con castigo, con mano dura, cuando en realidad se ha demostrado que hay menos delincuencia, que se han rebajado las entradas en prisión, pero que cuesta más salir de ellas.
Esperemos que este invitado inesperado, el Covid-19, provoque un cambio de discurso político y también, un cambio en las Leyes Penitenciarias, abriendo las prisiones a Medida Alternativas, sobre todo, para los delitos menos graves, y que con ello faciliten la reincorporación de los condenados a la sociedad través de un cumplimento menos severo y fuera de los cuatro muros de una prisión.
https://elpais.com/espana/2020-07-26/la-pandemia-abre-la-puerta-al-futuro-de-las-carceles.html