Submitted by jorge on Tue, 19/12/2017 - 06:43
El que crea que utilizar un teléfono móvil en una prisión es un chollo y un escape a la Libertad, yerra por mucho.
Porque poseer un móvil en un módulo de la cárcel es un foco de problemas:
• El coste de adquirirlo es elevado y hay que acudir a los cauces subrepticios de prisión para obtenerlo, por lo que ya "alguien" cuenta con esa información, un as en la manga en caso de desear echarte a los leones.
• Si tienen sospechas de que lo mantienes encaletado en tu celda, te realizan un cacheo y lo encuentran seguro.
• Si te lo pillan, te lo decomisan, te abren una sanción Muy Grave y en muchas ocasiones, te envían al Módulo de Aislamiento durante unos días o semanas.
• Por lo que tu expediente penitenciario queda con una tacha que a la hora de, una vez condenado, solicitar los permisos y 3º grado, se te complica su concesión.
• Si se lo das a un compi a guardar, no solo has de pagar a dicho compi, sino que estás en sus manos en caso de que te quiera delatar, aunque él vaya también pá lante.
• Si lo que quieres es hacer negocios turbios, bueno, quizás si valga la pena, pero como trates de controlar a tu mujer o compañera, sus movimientos y demás, no dejarás de sufrir y los celos te destrozarán (un mal común muy habitual detrás de las paredes de una prisión)
• Si te decomisan el móvil e investigan las llamadas realizadas y recibidas, puedes complicarte la existencia y la de tus comunicantes, en especial, si se trata de personas que estén involucradas en algún sumario o tengan temas pendientes con la Ley.
Por lo tanto, recomendamos a los que tengan un amigo o familiar en prisión, que lo convenzan y desista de tener uno.
Más fácil y menos complicado es realizar una llamada diaria de 5 minutos a los teléfonos autorizados y hablar sin tapujos. Solo pueden intervenir las llamadas telefónicas a los presos F.I.E.S. y por orden judicial.
Bueno, el caso es que, de nuevo, nuevamente, nuestro amigo Jordi Sánchez, ha vuelto a meterse en otro problema, y el pobreto, sin comerlo ni beberlo…, eso es lo que él asegura.
Como ha llegado a oídos de I.I.P.P. y del Juez Instructor que el Jordi daba instrucciones y transmitía mensajes excesivamente claros, estos comenzaron a sospechar que cuenta con uno de esos telefonitos móviles para enviar consignas electoralistas e independentistas.
Por lo tanto, cachearon su celda sin éxito; no encontraron nada, aunque tienen medianamente claro que cuenta con un móvil que de seguro le custodia un machaca.
Dicho esto, la Administración Penitenciaria dio de inmediato la orden de cambiarlo, no solo de celda, sino de módulo, y a empezar de nuevo con nuevos compis y otros funcionarios..., y a buscar otro telefonito y soltar el parné correspondiente por adquirirlo.
Primero pediste cambio de módulo por los gritos de, ¡Viva España!, y no te hicieron ni caso; con posterioridad pasaste por otros trámites incómodos con tus compañeros de patio y, ahora, que te has hecho a tu lugar, llegan estos y te cambian.
Jordi, pregúntale por carta al otro Jordi qué hace para no llamar la atención ni meterse en líos: quizás te de la solución a tus problemas talegueros.