Submitted by jorge on Tue, 27/02/2018 - 06:43
No somos los indicados para determinar si el maltrato a los ancianos se deba pagar con una condena a años de cárcel o no, pero lo que si queda claro es que aprovecharse de la indefensión de los mayores y que por ello, se produzcan lesiones, es motivo suficiente para condenar a la persona que esté a su cuidado a algún tipo de pena, ya sea económica, con trabajos en beneficio de la Comunidad o, en último caso, punitiva.
Este hecho ocurrió hace más de 1 año pero apenas ha salido ahora a la luz.
En una residencia de la tercera edad de Rosas, Zaragoza, una anciana con Alzheimer cayó al suelo quedando malherida cuando una cuidadora que se acercó de madrugada a dicha habitación, encendió la luz, vio a la mujer en el suelo, apagó y se fue, sin socorrerla ni pedir ayuda a terceros.
Así quedó la pobre durante unas horas, hasta que un grupo de cuidadoras del turno de mañana la encontró en la misma posición y sin poderse incorporar a pesar de la ayuda, ya que se había fracturado el fémur y padecía de hipotermia, vestida como se encontraba con un simple camisón.
Todo quedó grabado por una cámara, por lo que el Fiscal y la Acusación Particular piden 3 años de prisión para una supuesta profesional, cuya única función en dicha residencia y por lo que cobraba un salario -sin valorar el componente humano del acto en sí-, era el de cuidar de los ancianos, proporcionarles ayuda y, porque no, también tiempo y cariño, máxime, cuando padecen una enfermedad como el Alzheimer.
Este no fue el caso y, su frialdad y falta de profesionalidad, quizás den con sus huesos en prisión.
¿Es una condena excesiva?
Dependiendo para quién, pero de seguro que para los familiares de la víctima es en exceso benigna.