Submitted by jorge on Mon, 29/01/2018 - 06:45
Pensar que un solo individuo de 40 años, Gustavo Varela Castro, denominado el “Depredador Forestal” de Galicia, ha provocado, según los agentes de la Guardia Civil del Seprona, al menos 207 incendios, es de no creer y, especialmente, de preocuparse.
Porque según la Consellería de Medio Rural, el 87,77% de los incendios simultáneos acaecidos en octubre de 2017 que se concentraron en 10 aéreas de Galicia y que arrasaron 49.000 hectáreas, fueron provocados.
Gustavo Varela Castro, que permanece en la prisión de A Lama, Pontevedra, como preso preventivo sin fianza desde agosto de 2017, ha sido detenido en 3 ocasiones desde 2012 por pirómano y causante de 207 incendios, según una larga investigación que ha realizado el Seprona y la Policía Judicial.
Y el tema no es baladí, dado que hasta hace un par de decenios quemar los montes era casi un pasatiempo para pirómanos y especuladores -ya fueran inmobiliarios, madereros o vinculados al mundo de empresas de extinción-, pero la situación ya ha cambiado en los últimos años a raíz de las muertes acaecidas en varios incendios, a la prohibición de recalificación de los suelos quemados a fin de urbanizarlos y al problema de la deforestación y, el subsiguiente, del cambio climático.
Ahora las penas de prisión por incendiar no quedan en un par de años de condena, pero…,¿ es esa la solución?
¿Qué puede hacer la Justicia con “monstruos” deforestadores e incendiarios de esta calaña, ya sean pirómanos enfermos o especuladores desaprensivos?
¿Endurecer las penas de prisión? ¿Internarlos en Centros Psiquiátricos? ¿Imponer medidas alternativas a la prisión en salas de quemados o centros de reforestación?
No tenemos la respuesta, ya que se trata de delitos que oscilan entre la enfermedad psíquica y la avaricia especuladora.